Frente al espejo
«Quiero comentarle mis criterios acerca del artículo A menudo los hijos se nos parecen (José Luis Estrada Betancourt, 29 de agosto).
«Considero que es buenísimo para reflexionar y que llega al centro del problema de la pérdida de valores visible en una parte de nuestros jóvenes. Tengo una niña de tres años, cuya educación es preocupación cotidiana. Sigo los patrones educativos con los que mi madre me educó porque considero que nos parecemos a los padres, quienes constituyen el patrón más cercano a imitar.
«En otros artículos que he leído sobre el asunto se habla de la influencia del sistema educacional y los medios de difusión en la educación de las nuevas generaciones, pero en su artículo queda bien claro que los padres juegan un papel fundamental e insustituible en la formación de sus hijos en todos los tiempos, que resultan iguales cuando de sembrar valores se trata. No debe justificarse o aceptarse lo mal hecho con la frase “porque han cambiado los tiempos”.
«Pienso que muchos padres han cambiado su mentalidad y así se lo transmiten a los hijos. (...)
«Este tema tiene mucha tela por donde cortar y lo exhorto a que continúe escribiendo sobre él, pues ahora ha adquirido mayor trascendencia social. Hay que encontrar la forma de que los padres reflexionemos más sobre la gran responsabilidad que tenemos en la educación de nuestros hijos, y sobre todo que se tenga bien presente que “A menudo los hijos se nos parecen”». (Yeni)