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Engaño ortopédico

Edilia de la Caridad Coloma Arturo, con 68 años y vecina de calle 4, No. 53, entre B y C, reparto Vista Hermosa de la ciudad de Santiago de Cuba, me escribe con tristeza por cómo se ha complicado su vida, prácticamente en un encierro.

Cuenta que el 25 de febrero de 2024, a consecuencia de un ataque epiléptico, se fracturó la cadera. Y como consecuencia la pierna izquierda le ha quedado más corta.

A los 11 meses del accidente, precisa, el médico le dijo que podía caminar utilizando primero un andador y luego un bastón. Y le recetó un par de zapatos ortopédicos para poder empezar a dar sus pasos.

En enero pasado su hija se personó en el local donde radicaba el taller de confección de zapatos ortopédicos Y la atendió allí un trabajador que recogió los datos de Edilia, los de la receta médica y el número de teléfono para avisarle cuando tenía que llevar a Edilia, porque en esos momentos no estaban trabajando. La unidad tenía un transformador roto y había que esperar a que lo arreglaran.

Aproximadamente a los dos meses Edilia le pidió a una vecina que iba a pasar por allí, que le hiciera el favor de preguntar si ya estaban trabajando. Y la respuesta que le llevó fue fulminante: En ese local no trabajan hace años y está en malas condiciones. En días pasados, Edilia solicitó el mismo favor a un vecino suyo que labora cerca de allí. E igualmente le respondió que no estaban trabajando hacía tiempo.

«Imagínese cómo me sentí, expresa, que después de estar un año sentada y el médico me autoriza a caminar, no poder hacerlo por no existir la posibilidad de hacerme los zapatos.

«Me surgió la duda si no habría alguna mipyme de calzado ortopédico. Busqué en internet, y no la hay en esta provincia. Me pregunto dónde está la atención a las personas con discapacidades, adultos mayores, niños, según recoge la Constitución.

«Cuan lastimoso es ver personas cojeando por la calle o con un zapato de un tipo y otro diferente, por falta de calzado ortopédico. Pero, además, esto puede traer como consecuencia otra patología ortopédica, dolores; o también se puede caer uno en la calle».

Edilia hace un llamado al gremio de zapateros jubilados, activos, cuentapropistas, para que creen una mipyme de esa especialidad a la que tal vez no puedan ir todos, o hacer ahorros con la ayuda de la familia, los que la tengan, para ir y así mejorar la calidad de vida en el tiempo que les queda por vivir.

Ella hizo la gestión con un zapatero a ver si se lo podía confeccionar, y dijo que, aunque nunca lo ha hecho, se atreve. Pero están en la búsqueda del material apropiado para hacerle la adaptación al zapato que le llevó. «Por qué la falta de respeto de los trabajadores del taller de coger los datos y decir que van a avisar si saben que eso no es cierto, pregunta.

¿Cuándo las autoridades que atienden ese taller van a recoger esas máquinas si no se están utilizando? ¿Por qué el Gobierno y Salud Pública de la provincia no han buscado una solución a esta problemática? ¿No se pueden buscar alternativas para un problema tan sensible? ¿Cómo cobran los trabajadores del taller si no laboran? ¿No nos damos cuenta de que cada día envejece más nuestra población y hay más personas con posibilidades de caerse y necesitar ese servicio?».

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