Acuse de recibo
El pasado 12 de junio, y desde Rancho Veloz, municipio villaclareño de Corralillo, el doctor Federico Rivero Álvarez contó aquí que está jubilado con una pensión de 2 368 pesos, y es Máster en Medicina Natural y Tradicional. Que además de los procedimientos naturales que aplica, realiza tratamientos con picaduras de abejas (apipuntura), con lo que puede mejorar o curar diversas afecciones sin necesidad de fármacos. Y tiene dominio de Rayos X, Farmacología y Electrocardiografía.
Decía que aún puede serle muy útil al pueblo de Rancho Veloz, pero en la sala de rehabilitación del policlínico le comunicaron que no hay plaza para él, pues la que ocupaba antes de jubilarse desapareció.
Él tramitó su queja con el Gobierno y otras autoridades en el municipio. Pero no logró que lo recontrataran, con la necesidad económica que tiene. De su currículo profesional destacaba la misión médica cumplida en la República de Haití por tres años, desde 2012 hasta 2015.
El 27 de junio respondía aquí la doctora Yadira Aday Aguado, directora municipal de Salud en Corralillo, que al doctor Federico durante 2023 se le ofreció reincorporarse al Sistema de Salud en el policlínico Mártires del 11 de Abril, en la cabecera municipal, y así comenzar sus servicios en el consejo popular Motembo, a 20 kilómetros de la localidad.
Y argumentó que en Rancho Veloz hay exceso de personal médico para cubrir esa unidad asistencial, por lo que se ven obligados a trasladar médicos en calidad de prestación de servicios desde esa zona hacia el policlínico de Corralillo, al presentarse déficit de personal calificado en el hospital siquiátrico Aurora Rivero y en la referida unidad asistencial.
«Como estrategia de trabajo, decía, se ha tratado de potenciar el completamiento de la plantilla en la zona más afectada, dada la carencia de recursos humanos y las limitaciones que existen para brindar un servicio de calidad a sus pobladores».
Y dicha plaza, añadía, el doctor Federico no la aceptó, al no querer trabajar distante de su lugar de residencia, algo que si bien es comprensible por su edad, hoy no hay posibilidad real de ser ubicado en su localidad.
Esas inquietudes, decía, le han sido respondidas al galeno en múltiples ocasiones, tanto por las autoridades gubernamentales municipales como por la Dirección Provincial de Salud en Villa Clara. Y concluía que el Doctor «solo acepta trabajar en plazas que estén vinculadas con la rehabilitación, las cuales no se encuentran aprobadas en el anexo 14, además de querer utilizar métodos de tratamientos no protocolizados ni aprobados por el Sistema Nacional de Salud Pública cubano».
Y el doctor Federico vuelve a escribir. Señala que es cierto que le ofrecieron reincorporarse en julio de 2023 a un consultorio en el poblado de Motembo, a 45 kilómetros de su domicilio, sin transporte, por lo cual lo rechazó. Explica que él no es médico de familia. Por la distancia y la ausencia de transporte, a su edad le resulta difícil.
«Esto fue para marcar la tarjeta y nada más, afirma. La doctora Yadira dice que en Rancho Veloz sobran médicos, pero en el Departamento de Medicina Natural no hay ninguno. Y allí siempre lo hubo. Sí hay la posibilidad de contratarme, solo solicitando la creación de una nueva plaza, que antes desapareció».
En cuanto a que los procedimientos naturales que él practica no están protocolizados, no comprende lo que ello significa. Señala que la propia Dirección Provincial de Salud en 1995 lo envió al hospital Calixto García a un curso internacional de apipuntura, impartido por médicos de varios países pertenecientes a la organización Apimundi, que promovía el uso de la apipuntura y los productos de la colmena. Y la Maestría en Medicina Natural y Tradicional la hizo en el Instituto Superior de Ciencias Médicas Serafín Ruiz de Villa Clara.
«La doctora Yadira el primer requisito que me puso para contratarme hace años fue que me pusiera las tres dosis de la vacuna Abdala contra la COVID-19, afirma. Cuando cumplí el requisito, entonces cambió de parecer y negativas fue lo que recibí. Argumentó que no había presupuesto y ahora nuevos pretextos. Por lo antes expuesto estoy convencido de que nunca me contratarán. Lástima por los ranchovelozanos y por mí», concluye.