Acuse de recibo
El pasado 10 de septiembre, y desde el municipio habanero de Diez de Octubre, Juan José Acosta Delgado Oramas manifestó aquí que al pasar muy cerca de la sede central de Aguas de La Habana, junto a la llamada Taza de Palatino, observó que en las tomas de agua en donde se abastecen los carros cisternas o pipas, una de ellas tenía un gran salidero por la tubería de acceso y la válvula. Derroche del preciado líquido.
Juan José clamaba porque fuera suprimido el salidero, teniendo en cuenta que estaba justamente en la empresa que siempre está exhortando por todos los medios al ahorro de agua. Y concluía así: «¿Cómo es posible que ningún dirigente o trabajador de esa entidad no se sensibilice con esta situación cuando solo tiene que asomarse a cualquiera de las ventanas de ese edificio de la empresa…?».
El pasado 1ro. de diciembre recibimos la respuesta de Adriana Batista Lara, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana.
Ella refiere que «en el momento de la visita al lugar por el inspector de la Oficina Territorial, Denis Olmo Henry, pudo comprobar que ya la brigada de la Base de Acueducto Centro había resuelto los salideros de las tomas que sirven agua a los carros cisterna, sustituyendo tres válvulas de apertura y cierre; también se suprimió otro salidero mediante soldadura en uno de los conductos que alimenta las tomas de abasto».
Añade que tal situación se ha presentado en otras ocasiones, por la manipulación constante de los choferes en el llenado de los carros cisterna. Y la demora para solucionarla radica en que la entidad, ese tipo de válvula, no siempre la tiene disponible.
«La medida que llevan es de cuatro pulgadas, afirma, y son difíciles de adquirir en el mercado por lo costoso de su valor; y por la situación actual en que nos encontramos producto del bloqueo impuesto a nuestro país».
Agrega que, una vez concluidos los trabajos realizados, Juan José verificó su terminación. Quedó satisfecho y firmó conforme la hoja de la entrevista.
Vicente Alvarado Viñas (edificio 24-A, apto. 8, calle 94-A, entre 11 y D, reparto Antonio Guiteras, municipio capitalino de Habana del Este) refiere que desde 2020 los residentes en ese inmueble han alertado sobre la permanente presencia de aguas albañales alrededor, con su inseparable pestilencia.
Añade que de ello se puso en conocimiento al Gobierno de la capital, aparte de las múltiples gestiones de la delegada de la circunscripción. Y hasta ahora todo sigue igual.
Señala que en varias ocasiones han hecho acto de presencia allí brigadas de Saneamiento, con camiones y camiones de alta presión. Y al parecer resuelven, pero con el transcurso de los días resurge el nauseabundo problema. O sea, la solución es temporal, y no definitiva.
«Son increíbles los gastos que se han ejecutado en salario, combustible y tiempo perdido, señala, lo cual afecta nuestra economía. Y no se avizora ninguna solución», concluye.