Acuse de recibo
El pasado 10 de agosto, Gustavo Gutiérrez Romero denunció aquí irregularidades en la venta de combustible en el servicentro de Quintero en la ciudad de Santiago de Cuba, designado para conductores de motocicletas particulares.
Contó que allí se escaneaban las circulaciones de los equipos, para que solo volvieran a la cola pasados siete días; pero no se cumplía con todos. Otros compraban varias veces con la anuencia de trabajadores del servicentro y autoridades del orden. Y proliferaban coleros, prioridades a amigos, desorden y falta de respeto al prójimo.
«El desinterés imperante en este lugar ante tal situación no tiene comparación, decía. Es algo inaudito, y lo más triste es que no se aprecia la luz al final del túnel. Son mucho más de 15 horas las que debes estar allí ante este complejo problema si deseas habilitar tu motor».
Y abogaba por control y responsabilidad, pues ante la escasez de combustible en el país, lo poco que haya debe distribuirse reguladamente, ante tamaña desorganización.
El 3 de septiembre respondió aquí Salvador Heredia Betancourt, gerente general de la sucursal Santiago de Cuba de Cimex, que ante la escasez de combustible y la decisión del Gobierno local de darle a esa unidad la misión de abastecer combustible a las motos particulares, junto a los agentes del orden público se dispuso allí el programa para el escaneo de la circulación.
Se elaboran los tiques para la organización de la cola, decía, y se hacen operativos de supervisión
dirigidos por la PNR en horarios nocturnos, para contrarrestar la afluencia de coleros y revendedores. Junto a la presencia del administrador, hay un representante de la sucursal y un miembro del consejo de dirección del complejo. El sistema es rotativo, para disminuir la reiteración del cliente.
Añadía que en ese proceso ha incidido el horario de llegada del combustible, que condiciona la impaciencia de clientes y la concurrencia, con ánimo de lucro, de coleros y revendedores. Además, el combustible no alcanza para todos. Y acotaba que, hasta entonces, Cimex procedió acorde a lo establecido, dadas las indicaciones gubernamentales y otras que intervienen en ese proceso.
«Debemos reconocer que estas acciones que se han realizado reducen las brechas, pero no las eliminan del todo, pues en ellas interviene, como factor fundamental, el ser humano. En lo adelante debemos continuar trabajando por mejorar el servicio y crear una mayor satisfacción en la población», concluía.
Y vuelve aquí Gustavo para señalar que tras lo publicado el 8 de agosto, lo visitó el administrador del servicentro. Y fue citado en el Partido provincial para abordar aspectos ya conocidos por él. Pero a su entender se impone el accionar sistemático, decidido y frontal de los problemas para paliar la adversa situación y su repercusión.
«Es más de lo mismo, expresa. Releí varias veces la respuesta a la queja inicial. Y por mucho que quiera no logro entender nada, pues las acciones que se hayan podido realizar no brindan la satisfacción deseada».
Indica que desde inicios de octubre se puso en práctica la aplicación denominada Ticket, que uno chequea de forma sistemática, a través de la cual accede a un turno y solo tendría que ir al servicentro mediante sms que envían el día que le corresponda adquirir el combustible. Eso es ideal, indica, pues se eliminan un conjunto de factores subversivos que traen consigo irritación y malestar.
«A pesar de todos los factores adversos, señala, al parecer hay suficiente disponibilidad de gasolina. Y cuando existía la maléfica cola el administrador, antes de comenzar la venta, informaba cuántos litros se habían depositado y para cuántas motos, alcanzaba; casi siempre para 600 o más motos a razón de diez litros. Pero actualmente no se sabe nada de nada. Solo se están liberando entre 200 y 300 turnos diarios para igual número de motos. Algo inconcebible, que no se entiende».
Y lo ejemplifica: Ha accedido a la aplicación cuatro veces, y ha comprado tres, la última, el pasado 12 de octubre. El nuevo turno era el 5438. Hoy, transcurridos 11 días, tiene el 2557. Y la sala de espera virtual anda por el 7500.
«No tengo idea de cuándo pueda comprar, dice. Muchos como yo están a la espera para la compra de combustible. Y a ese ritmo podremos comprar gasolina dos veces al mes como máximo. Aún hay que trabajar mucho, con seriedad, sistematicidad, responsabilidad, exigencia y control, que es como único se van a eliminar las brechas existentes que se reconocen, entre estas el sociolismo, muy arraigado en nuestra sociedad», concluye.