Acuse de recibo
El pasado 7 de septiembre, la septuagenaria Virgen María Pérez Montañez denunció aquí la deprimente situación que enfrenta en la ciudadela donde vive, en la calle Enamorados, No. 312, apto. 9, entre Durege y San Julio, Tamarindo, en el municipio capitalino de Diez de Octubre.
«Mi apartamento, manifiesta, se está llenando de aguas albañales hace dos años, pero en los últimos 15 días se ha agudizado. Estoy desesperada porque he contraído hongos y hasta me he caído debido a las aguas albañales.
«He agotado todas las vías y entidades pertinentes. Mi problema lo conocen las autoridades municipales, provinciales y nacionales, sin respuesta favorable. Necesito ayuda urgente. Estoy expuesta porque la contaminación es muy profunda y soy vulnerable además», concluía.
Al respecto, responde José Raúl Orosa Almeida, director general de la Empresa de Saneamiento Básico de La Habana, que en visita al sitio, se observó que sobre el piso de la casa había residuales. Y se decidió ejecutar el servicio de desobstrucción de líneas para tratar, si no de eliminar, al menos de atenuar la situación existente.
Además, se comprobó que las tuberías estaban partidas debajo del piso de su vivienda, motivo por el cual el agua se filtra por las losas y las paredes. Y se le informó a Virgen María que la solución definitiva será el cambio de todas las tuberías que están en mal estado para que los residuales no se acumulen debajo del piso.
Para ello se le orientó que debe dirigirse a la Dirección Municipal de la Vivienda, y ella refirió que está cansada de ir a plantear su problema a esa entidad.
Agradezco el interés y la preocupación
de la Empresa de Saneamiento Básico de La Habana y espero que esta historia, hasta por cansancio, tenga un desenlace final.
Desde La Mambisa, en Veguita, municipio granmense de Yara, Raúl Amaya Arias agradece a todos los jóvenes médicos, enfermeros y pantristas que con tanta amabilidad, cortesía y humanismo lo trataron en la Sala 2-A de Cirugía del hospital Celia Sánchez Manduley, de la ciudad de Manzanillo, durante su ingreso y posterior recuperación de la operación a la que fue sometido.
Él envía un saludo fraterno al Director del hospital, que tuvo la amabilidad de hacerle una visita de cortesía durante su ingreso allí; y a la Directora de Salud de Yara, que fue tan amable con él y tramitó su ingreso y traslado al hospital manzanillero. Asimismo, menciona a la compañera de Atención a la Población de Veguita, quien hizo todas las gestiones que pudo. Y no olvida en sus gratitudes a sus médicos de la familia, por su apoyo cuando acudió a ellos, siempre dispuestos.
Finalmente agradece sobremanera a esta columna por haber publicado el pasado 19 de julio su reclamo de la necesidad de operarse una hernia inguinal, después de tantas veces que lo habían reconocido y le planteaban que no había insumos suficientes para acometerla. Hasta le comunicaron que su caso no era de tanta prioridad entonces.
A Raúl le respondo que ese es el deber y el trabajo de esta columna: tanto como la acogida al elogio y la gratitud, también nos corresponde reflejar la inquietud, las quejas, angustias y las alertas de nuestra gente.