Acuse de recibo
El 27 de febrero, desde la ciudad de Santa Clara, mostró insatisfacción Clara Josefa Ortiz García, adulta mayor con problemas de salud, quien cuida a su madre con Parkinson y cardiopatía isquémica, entre otros padecimientos, y a su hermano, paciente de Parkinson y esquizofrénico paranoide con atrofia cortical cerebral. Ambos con una jubilación mínima de 1 528 pesos.
«No tengo más familia que nos apoye, decía. He tramitado con los trabajadores sociales durante años ayuda…, y hace años nos la retiraron. Solo quedó el sistema de atención a la familia (SAF), que es caro. Y ahora la especialista del consejo popular Centro de los trabajadores sociales nos lo quiere retirar a mi madre y a mí. Nada de ayuda ni chequera. Yo paso a ser una carga económica…», concluía.
Responde Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que las Direcciones Provincial y Municipal de Trabajo visitaron esa casa y constataron que la familia la forman tres personas: Clara, con antecedentes de trastorno de personalidad en estadío sicótico; su mamá con mal de Parkinson, enfermedad pulmonar obstructiva, atrofia cortical y movilidad restringida; y el hermano, con esquizofrenia y mal de Parkinson.
La madre y el hermano, dice, reciben una pensión de Seguridad Social de 1 528 pesos cada uno, y la vivienda tiene regular estado constructivo. Se les aprobó un subsidio para reparación de 58 mil pesos, el cual ejecutan.
La Dirección Municipal de Trabajo informó que se analizó la situación en el Consejo de Dirección el 11 de marzo de 2022; y se aprobó una prestación monetaria temporal de
1 260 pesos, que cobraron a partir del 1ro. de abril de 2022. Y fue aprobada la entrega de una cama personal, colchoneta, toallas y un forro para el colchón.
Y el mismo 27 de febrero, desde Guáimaro, Camagüey, Isnel Felipe Rodríguez Palomares planteó que enfrentaba situaciones no menos desesperantes desde enero de 2019.
«Según la funcionaria provincial de Trabajo y Seguridad Social, afirmaba, desgraciadamente tengo perdidos los tres años de trabajo y continuaré perdiéndolos hasta tanto no exista una ley o decreto ley que otorgue salvación a personas como yo, que por ser hijo, debo cuidar de padres y abuelos, sin devengar salario, ni acumular años de servicio, por estar de licencia sin sueldo».
Refería que cuida a su madre encamada, y no puede valerse por sí misma por parálisis de su lado izquierdo que le imposibilita caminar; a pesar de él estar en plenas facultades físicas y mentales.
«Más bien, decía, lo que se está perdiendo es todo el caudal de conocimiento y profesionalidad albergado en mí. Para eso estudié. No puedo trabajar por los siguientes motivos: en mi municipio no hay, ni se alberga esperanza de que exista transporte tanto público como para trabajadores desde Guáimaro y hasta playa Santa Lucía y viceversa, donde laboro desde hace 31 años. Y ahora soy profesor del centro de capacitación del Ministerio de Turismo…».
Añadía que tampoco hay cuidadoras en el municipio que ejerzan ese trabajo, ni alojamientos temporales en Santa Lucía, adonde, al menos, él pueda trasladarse con su madre e incorporarse a laborar, que tanta falta le hace.
«He leído detenidamente el proyecto del nuevo Código de las Familias… y para el cuidador familiar por obligación no se esclarecen mucho sus derechos en cuanto a los temas que estoy tratando hacerle saber a usted. ¿Qué hago yo con tantos años de estudios, sacrificios, encontronazos y esfuerzos? ¿Los tiro a la basura?», concluye.
Y responde también Belkis Delgado Cáceres que, según la Dirección Provincial de Trabajo y la del municipio, visitaron a Isnel, quien labora como profesor del Politécnico Levantamiento de Jucaral, con 31 años de servicio.
Hace tres años, indica, Isnel tuvo que desvincularse del empleo para asumir el cuidado de su mamá, que sufrió un infarto cerebral y está encamada, necesitando de la atención sistemática de otra persona. La adulta mayor tiene otro hijo que reside en otro municipio, comprobándose en la comunidad que no le presta ayuda a su madre, ni la visita.
El asunto se analizó en la Dirección Municipal de Trabajo el 12 de abril de 2022, y se aprobó excepcionalmente el servicio de Asistente Social a Domicilio con un horario de ocho horas, lo que permitió que Isnel se reincorporara a su actividad en Educación, concluye.