Acuse de recibo
Nurys Valerino Ruiz (calle 5 No. 11, entre 1ra. y 2da., reparto Caymari, Manzanillo, Granma) labora como auxiliar de producción en la Empresa de Productos Lácteos de ese municipio, y plantea su inquietud sobre algo que está sucediendo en esa ciudad.
«Desde hace semanas, dice, quienes no se han vacunado o no han completado el ciclo de vacunación, están siendo suspendidos de sus centros laborales. Se les da un plazo de 72 horas para que se vacunen, sin lo cual no se les deja incorporarse. De asistir al trabajo, pueden ser multados, ellos o los directivos de la entidad, con multas que superan los 2 000 pesos. Las ausencias por tal motivo se consideran injustificadas. Además, si en el plazo dado, el trabajador no se vacuna, es expulsado de su puesto de trabajo.
«Este proceder está totalmente en contra de los principios de nuestra sociedad socialista, donde el derecho al trabajo ha sido una de sus principales conquistas. De manera arbitraria, se está poniendo en juego el sustento económico de nuestras familias, además de vulnerarse derechos reconocidos por las leyes cubanas.
«Unos días después de escuchar las primeras noticias sobre esta medida, mi jefe me dijo que no podía entrar más al trabajo hasta que no me vacunara, o tuviera un documento de un médico que reflejara una causa que justificara que no me puedo vacunar. Y el médico de la familia me dijo que ni él ni ningún otro médico me iban a dar ese papel».
Nurys trató de asesorarse con personas o instituciones, y hasta ahora no ha recibido ninguna respuesta. Ha preguntado que cuál es la resolución que dice que quien no se vacune debe ser expulsado del trabajo. Nadie lo sabe.
«Están aplicando algo sin tener claridad legal, dice. Conozco a alguien que buscó asesoramiento en la Fiscalía municipal, donde tampoco conocían de esa disposición. Lo que ellos podían hacer era presentar la inquietud a Higiene para que dieran una respuesta, que tampoco ha llegado. Se quiere aplicar una vacunación forzosa, amenazando con la posibilidad de perder el derecho que nos otorga la Constitución a trabajar para sustentar nuestras familias.
«Y hay un alto nivel de desinformación acerca de esta medida, pues hasta ahora nadie ha sabido darnos una respuesta clara de su sustento legal o de las alternativas que debieron establecerse para las personas que tuvieran motivos para no estar vacunados.
«Los mecanismos o instituciones para defender los derechos de los trabajadores no han hecho absolutamente nada. Nadie ha sabido dar una respuesta clara y coherente del porqué de la aplicación de esta medida en Manzanillo cuando a nivel nacional no ha sido así.
«¿Está permitido por las leyes cubanas utilizar el sustento de una familia como medio de presión para obligar a una persona a hacer algo? ¿En qué legislación dice que podemos ser expulsados de nuestro trabajo sin un motivo? ¿En qué momento perdieron validez los artículos antes mencionados que defienden el derecho y el deber de cada cubano a trabajar para satisfacer sus necesidades básicas y contribuir a la sociedad?
«¿Cómo puede ser que trabajadores que cumplen con sus funciones y no han cometido ninguna indisciplina laboral grave, que cuentan con opiniones positivas de sus compañeros por su desempeño, que mantienen una conducta social acorde a como lo exigen las leyes de este país, sean expulsados así como así de sus puestos de trabajo?
«¿La máxima dirección de la Revolución ha dado su aprobación para ese proceder? ¿Están ellos al tanto de esta injusta medida? El sentido común me dice que no. En fin, el tiempo corre y hay personas que como yo llevan varios días sin poder trabajar. Nadie hace nada, nadie dice nada. Cuando buscamos respuestas nadie sabe qué hacer, qué responder. Los que aún no han sido suspendidos, están con la zozobra y la angustia de que en cualquier momento llegue alguien a decirles que llegó el día de cumplirse su sentencia. Espero que alguien se sensibilice con esta situación y dé una respuesta oportuna. Se despide una revolucionaria que confía en la Revolución», concluye.