Acuse de recibo
Rafael Nieves Hidalgo (Carretera a Sagua, No. 365, entre Callejón de Guamajal y Circunvalación, Santa Clara, Villa Clara) cuenta que su esposa, Emilia Maritza Santos, en junio de 2016 entregó todos los documentos para actualizar la propiedad de la vivienda, tras una rehabilitación integral. Y creyó que todo avanzaría…
En septiembre de 2017 tuvo que enmendar errores de nombres en una certificación de nacimiento. El 16 de agosto de 2019 se entrevistó con el director municipal de Planificación Física, porque entonces, cuando recogió los documentos, ¡todavía no habían arreglado los errores! Volvieron a recogerlos.
El 12 de diciembre de 2019 fue a Notaría con los nombres ya corregidos, y tuvo que entregar los documentos en Planificación Física, porque presentaban otros errores.
Volvió a la Notaría el 1ro. de diciembre de 2020…¡y la viraron para atrás, a Planificación Física, por problemas con la fecha del Habitable y la Licencia de Construcción. En Planificación Física le dijeron que estaban bien. Y al otro día, en la Notaría la volvieron a virar para atrás por los mismos problemas.
El 7 de diciembre fue de nuevo a Planificación Física y el técnico Danilo García Carballo le recogió los documentos. El 8, cuando volvió, Danilo le informó que habían puesto una nota aclaratoria en el Habitable. Finalmente, María del Carmen, la jefa de departamento, le comunicó que no podía hacer más nada: lo hecho fue lo que les orientó el director provincial.
En la Notaría, reafirmaron que así no se podían aceptar los documentos, que se había hablado con Danilo por teléfono el día anterior y le dijeron que no se podía aceptar. Volvió Emilia a Planificación Física, y Danilo le dijo que no podía hacer nada más.
«En resumen, desde junio de 2016 hasta este 8 de diciembre de 2020, han peloteado a mi esposa. De Planificación Física a la Notaría hay más de dos kilómetros. Ella está jubilada por invalidez y tiene 62 años y ha tenido que dar todas esas carreras», concluye.
El pasado 20 de noviembre, y desde Camagϋey, Ricardo Bermúdez Rodríguez señaló aquí que hacía dos meses había solicitado en la sede de Fincimex en esa ciudad la renovación de su tarjeta magnética AIS (azul), pues se había vencido. Y fue allí el 17 de noviembre a ver si ya había llegado. Pero no. «En ella hay dinero depositado. Mi dinero. ¿Cuándo podré acceder a él?», preguntaba.
Al respecto, en su respuesta, Yamil Hernández González, gerente general de Fincimex, reconoce ante todo la razón de Ricardo. Y explica que los procesos de renovación de tarjetas solicitados el 21 de septiembre en todo el país se vieron interrumpidos por una falla tecnológica que impidió la producción de una parte de lo demandado. Y la tarjeta de Ricardo estaba entre las dejadas de emitir.
Refiere que «a partir de ese momento debió funcionar un proceso de conciliación eficiente entre la oficina de Fincimex en Camagϋey y la de La Habana, donde se emiten las tarjetas, que permitiera identificar la totalidad de las afectadas; y ese proceso no y provocó el retraso del servicio».
Al momento de publicarse la queja, añade, la tarjeta de Ricardo estaba siendo trasladada a la oficina de Camagϋey, por lo que podría acceder al dinero al recibirla.
«Nada justifica la afectación a nuestro cliente, precisa. El aumento operacional del servicio AIS ha requerido de la revisión integral de su proceso de emisión y atención a titulares. Si bien la mayoría de las acciones se encuentran en proceso por requerirse inversiones en equipamiento e inmuebles, afectaciones como la analizada pudieron evitarse con un papel eficiente de los funcionarios actuantes.
«En correspondencia, se procedió a rediseñar el proceso de conciliación diario entre oficinas, incrementar personal para la atención a las de los territorios y realizar señalamientos críticos a los supervisores de cargo.
«A Ricardo Bermúdez Rodríguez, nuestras disculpas públicas y el compromiso de revertir deficiencias como la que lo afectó directamente», concluye Yamil.