Acuse de recibo
Los lectores de esta sección son sus más fieles activistas. Con la misma urgencia con que envían sus reclamos y sugerencias, luego que estos se publican nos vuelven a escribir para contarnos qué ha sucedido a partir de la revelación en blanco y negro. Y ello nos ha servido en múltiples ocasiones para constatar que siempre se mueve algo cuando esta columna evidencia los problemas.
El pasado domingo 4 de octubre, desde Alturas de la Víbora, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, Mario Cárdenas Cuervo contaba que en su barrio el suministro de agua antes era un día sí y otro no, durante varias horas. Y ahora se ha restringido a plazos de hasta tres días por el medio para recibirlo, incluso con menor fuerza.
Refería que, aún con todas las medidas de ahorro que ha aplicado, al final del ciclo, antes de que vuelva a entrar el agua, no puede ni lavarse las manos. Y le asombraba que recientemente la Intendente del municipio dio una contundente respuesta a Canal Habana: Esa situación no tiene solución, sin dar una explicación sobre la afectación a la población, ni excusa ni esperanza.
Pues el propio domingo 4, Mario volvió a escribirnos para informar que ya ese día lo visitó un directivo y una inspectora de Aguas de La Habana, y precisa:
«Tuve la posibilidad de demostrarles lo desesperante de mi situación y la, aún más desesperante, de viviendas cercanas de la calle Alday, que casi no reciben el líquido. El directivo expresó que el problema va a tener solución y que la inspectora va a visitarnos en esta semana. Espero que así sea», concluye Mario, al tiempo que agradece la mediación de Juventud Rebelde.
Un caso similar es el de Andrés César Torres Negrete, de la ciudad de Santiago de Cuba, quien el pasado 2 de octubre revelaba aquí que es trabajador por cuenta propia como arrendador de medio de transporte, y su camión lo tiene arrendado a Ramón Santos Macías, también trabajador por cuenta propia, quien tiene contrato firmado con la empresa comercial Compay Tiago.
Pero esa entidad hacía ya dos meses que debía el pago correspondiente a los meses de julio y agosto por prestación de servicios de transporte.
«Cada vez que voy a ver al director, Alexis Ricardo Sanz, decía, lo cual hago dos o tres veces por semana desde hace más de un mes, este manifiesta que la compañera Alicia, que atiende cobros y pagos, tiene orden de pago. Y ella afirma que no me pueden hacer la transferencia bancaria, porque el director no ha firmado».
Andrés calificó el hecho de «irrespeto», además de constituir una violación del contrato, el cual dice que entre los deberes de esta se encuentra el pago puntual y oportuno por el trabajo realizado, el que sí se cumplió de forma satisfactoria.
«Es una lástima que actitudes tales entorpezcan el correcto funcionamiento del trabajo por cuenta propia, que tanto necesita el país para poder desarrollarse y seguir adelante», concluía Andrés.
Y el propio 2 de octubre Andrés me escribía para contar que ese mismo día lo citaron para informarle que la transferencia bancaria para saldar dicha deuda fue
realizada el 30 de septiembre.
«Muchas gracias por la prontitud y eficacia con que fue publicada mi queja… Es una bendición que los cubanos tengamos un espacio como este, donde planteamos los problemas que nos agobian, sabiendo que harán todo lo posible por encontrarles solución», concluía.
Como Mario y Andrés, es frecuente que los reclamantes que aquí carenan, tras la publicación de su queja nos retroalimenten ágilmente, con su seguimiento del caso. Esa es una manera de agradecernos. Igualmente, han de hacerlo, las entidades aludidas que deben responder con más agilidad teniendo en cuenta todos los cuestionamientos vertidos. Y que lo realicen con transparencia y profundidad.
Pero solo estaremos satisfechos cuando muchas de las quejas no tengan que llegar aquí para ser solucionadas, casi que por un reflejo compulsatorio. Entonces, podríamos dedicar esta columna a intercambiar reflexiones y puntos de vista, entre algún que otro reclamo.