Acuse de recibo
El pasado 23 de octubre Nicdelia Hernández, administradora del Lavatín Micro X, en el reparto capitalino de Alamar, denunciaba que ese centro de servicios llevaba más de seis meses paralizado por falta de agua.
Refería que en principio la solución fue firmar un contrato entre la Empresa de Servicios de La Habana —a la cual pertenece— y Acueducto. E iban las pipas de agua. Pero en marzo de 2016 la Empresa cerró el contrato, porque eran muy costosos los gastos por el acarreo del líquido, al extremo de la irrentabilidad.
Continuaron las gestiones. En febrero había ido un carro a revisar las tuberías, y dijeron que la causa estaba en una desconexión. Nicdelia fue varias veces a Acueducto en el territorio, llamaba por teléfono, escribió a los gobiernos municipal y provincial. Pero no tenía respuesta.
Al fin, el 6 de octubre fue una brigada de Acueducto y planteó que no era desconexión, sino tupición por arrastre de piedras. Sin embargo, no hizo el trabajo por falta de herramientas. Dijo que volvería el 11 de octubre, pero aún no había ido cuando ella escribió.
A Nicdelia le preocupaba el cierre de un centro que brinda servicios a la población, y que ese colectivo de trabajadores llevaba más de seis meses sin cobrar salario.
Responde Irene Marite Cárdenas, directora general de la Empresa de Servicios de La Habana, que ese autoservicio comenzó a presentar problemas con la entrada de agua en abril de 2016. Y el servicio de pipas se interrumpió debido a que este implicaba un gasto de 30 694 pesos, cuando los ingresos por la única lavadora que funcionaba allí eran de 2 160 pesos.
A ello, añade, se sumó la situación crítica con el agua a causa de la sequía, y el hecho de que no era factible desviar pipas necesarias para el consumo de la población.
Sobre las afectaciones en entrada de agua, precisa, está previsto en el Plan de 2017, por solicitud de inversión, la sustitución completa de las redes, las que mostraban mucha inestabilidad aun cuando llegaba el líquido.
En su carta, recibida el pasado 22 de noviembre en nuestra Redacción, Irene plantea que la misiva de Nicdelia al Gobierno tiene fecha de recibida el 30 de septiembre, por lo que estaba en plazo de respuesta y fue analizada el 18 de octubre con la Empresa.
«Se emitió respuesta con solución, expresa, después de la reparación de las seis lavadoras rotas, de siete que están instaladas, para el primer trimestre de 2017, por lo que esta queda pendiente con solución para dicho año».
En cuanto al estatus de los trabajadores del autoservicio, «teniendo en cuenta que la interrupción sobrepasa los dos meses, se les propuso a los trabajadores aplicar el artículo 76 de la Sección Segunda del Capítulo III Disponibles e Interruptos, que establece la reubicación laboral, la que no fue aceptada por los trabajadores».
Entonces, «se les aplicó el artículo 77 de la propia Sección Segunda del capítulo III del Código del Trabajo y su Reglamento», concluye.
Al propio tiempo, responde Ana Remis Castro, jefa del departamento de Atención a la Población de Aguas de La Habana, que esa unidad está ubicada en una zona afectada hace tiempo en el servicio de agua, por lo cual fue denegada su microlocalización (análisis requerido para evitar tales problemas). No obstante, se construyó el Lavatín y ha funcionado gracias al servicio de pipas.
Añade que, incluso, se comprobó que ese establecimiento no era cliente de Aguas de La Habana y no pagaba los servicios de acueducto y alcantarillado, aspecto que fue verificado e informado. Y entonces se le dio alta como cliente.
Ratifica Remis que la Empresa Provincial de Servicios tiene contrato con Aguas…, con una asignación de 120 metros cúbicos mensuales de suministro mediante carros cisternas. Y ese contrato no ha sido cerrado.
Sin embargo, afirma, se estudia por Aguas de La Habana una solución a partir de un empate que se debe ejecutar en la red, que mejorará la situación del lavatín y los edificios aledaños. Esos trabajos estaban previstos para finales de 2016.
Ojalá el lavatín y los vecinos de Micro X, en Alamar, vean que se concrete allí cuanto antes una solución al problema del agua, pues se trata ante todo de mejorar la calidad de vida de las personas.