Acuse de recibo
Mario García Tápanes (Finca Cabrera, Carretera Jaruco, kilómetro 6½, Valle del Perú, Mayabeque) es un productor de leche asociado a la cooperativa de crédito y servicios Camilo Cienfuegos. Y como tal, cumple su deber de garantizar a diario lo contratado con el Complejo Lácteo.
Él se pregunta si en la entidad estatal los toman con la misma seriedad que él y otros productores cumplen con la alimentación del pueblo. Y se explica:
Los días 18 está establecido que les paguen la producción del mes anterior. Pero en este julio, cuando Mario me escribió el día 22, no le habían pagado las entregas de junio. Cuatro días pueden parecer una minucia, pero significan el trabajo de un hombre y el respeto a un contrato. Es el dinero que urge para mantener la familia.
Insiste en que lo mismo sucedió el mes anterior, con la diferencia de que estos días feriados por el 26 de Julio, los bancos no operan hasta el 28. ¿Y los asociados qué se hacen?, pregunta, y pone el ejemplo de su papá, un productor de 74 años, como muchos otros, de edad avanzada.
Refiere que en la cooperativa les han planteado que la causa es que el Complejo Lácteo no ha pagado. Y asevera: «No quiero cuestionar el trabajo de nadie, pero ellos le pueden solicitar al Banco un crédito para el pago de estas producciones.
«Le hago llegar esta preocupación, pues para poder comprar los recursos imprescindibles para mi consumo y el de la familia, yo no puedo ir a la bodega y decir que no le puedo pagar porque el Lácteo no ha pagado, pero nosotros sí hemos entregado la leche, como fue contratada».
Afirma Mario que la dirección de esta cooperativa se esfuerza los primeros cinco meses del año para que todos los socios entreguen aunque sea un litro de leche más de los contratados, porque el país lo necesita, y ahora por una irresponsabilidad de alguien se crea un conflicto entre los productores y esa dirección de la cooperativa.
«Es una falta de consideración con los productores de leche», sentencia. ¿Y qué responde el Complejo Lácteo? No es la primera vez que reflejo el retraso del pago de una empresa estatal al sector campesino. Y pregunto cuándo desaparecerá esta vergüenza pública, qué escarmiento habrá que dar para que se respeten los términos de una obligación económica y el bolsillo del hombre que suda la camisa.
Roberto H. Guethon (calle 1ra., edificio Casio-Mella, apartamento 26, entre 218 y 219, Cotorro, La Habana) denuncia las irregularidades y el retardo con que llega a ese municipio la leche en polvo de dieta para los diabéticos.
Según el remitente, por lo general ya es costumbre que ese producto, tan necesario para dichos pacientes, llegue casi al final de mes a los consumidores. La correspondiente a mayo llegó el 1ro. de junio. Muy pegada, arribó entonces la correspondiente a junio. Y la de julio vino hace unos días.
Lo peor de todo, según Roberto, es que en Comercio le dijeron que Cotorro es siempre el último municipio de la capital en recibir la leche de dieta para diabéticos.
«¿Cómo es posible, afirma, que el Estado se empeñe en que el enfermo reciba lo que necesita, y haya personas sin jugar el papel que les toca, que para eso les pagan? Si la leche está en Cuba, ¿por qué esperar al final de mes?».
Y Dianelis Cruz González (calle 287 No. 10409, entre 104 y 108, Calabazar, Boyeros, La Habana) es una trasplantada de riñón desde hace dos años, que antes estuvo diez años en diálisis y hemodiálisis, por lo cual desde entonces recibe dieta médica que garantiza el Estado.
Cada año debe renovar la dieta, precisa. Esta vez vencía el 30 de junio, por lo que comenzó trámites con tiempo. Pero en lo que la solicitó y la enviaron al policlínico para firmarla, demoró. Y no es culpa del paciente.
Cuando logró recogerla ya era viernes 15 de julio por la tarde. Fue a la Oficoda el lunes 18, y allí le dijeron que había perdido la dieta del mes de julio, porque los vales pilotos se entregaban hasta el día 15.
«No entiendo, dice, como no entiendo que dietas de por vida, como en este caso, haya que renovarlas cada año, haciendo a los médicos trabajar más, cuando ya están bastante complicados. No es justo que por un día de retraso en la entrega del certificado, el paciente se afecte».