Acuse de recibo
Más de 50 metros, a lo largo de la cuadra, tiene el vertedero que por meses vienen denunciando los vecinos de la calle Fernando, esquina a Morris, del reparto Fraternidad, Párraga, Arroyo Naranjo, La Habana. De ello de fe la misiva de la doctora Yolanda Horta Santana, médico de familia del consultorio ubicado en la mencionada esquina.
Ya casi es intransitable el área donde están los desechos, sostiene la galena, y cerca hay, además de varias viviendas, una escuela primaria. «Dicha situación es de conocimiento del policlínico, del departamento de Higiene y Epidemiología, del Delegado de nuestra circunscripción y de Comunales como entidad responsable, y la respuesta es que tienen problemas con el transporte», apunta la remitente.
Al momento de escribirnos el pasado día 2, hacía más de 15 jornadas que no se recogía la basura del punto, cuando la recogida debe ser diaria, por la cantidad de desperdicios que se vierten fuera de los pocos recipientes de almacenaje.
«Las condiciones de higiene están en el nivel más crítico, (…) la casa se tiene que mantener cerrada por la cantidad de moscas que genera, además del gran riesgo de leptospirosis por la cantidad de roedores que se encuentran en dicho vertedero», se duele la especialista.
Desde Remedios, esa villa que cumplió 500 años hace muy poco y que en nuestros órganos de prensa se llamó a la sazón «la bella», como aquel personaje garciamarquiano, nos llega la preocupación de Rolando Melillo Pérez (Máximo Gómez, No. 42, entre Plácido y San Salvador).
Señala Rolando el imperativo de ubicar baños públicos en las calles remedianas, pues la gente, necesitada y con poca responsabilidad, resuelve sus urgencias fisiológicas en sitios inadecuados y a veces hasta afectan las paredes de las viviendas particulares.
Esta situación, asegura el remitente, es de conocimiento de los delegados de circunscripción de la zona; se ha planteado en múltiples ocasiones y no ha tenido respuesta efectiva. Aparte de la fetidez y el malestar que produce tal carencia, también está su daño a la imagen de un pueblo que ha transitado orgulloso más de medio milenio de existencia.
María del Rosario Cuervo Torres (Patricio Lumumba No. 48, reparto La Carretera, Amancio, Las Tunas) es una madre cuidadora que percibe un salario por atender a su hija, quien sufre una parálisis cerebral infantil.
Aparte de estar sumamente agradecida por las atenciones que han tenido con ella, que han incluido hasta un subsidio para construir una casa de mampostería, María del Rosario tiene dudas acerca de la documentación que debe entregar periódicamente para fundamentar los requerimientos de su hija enferma.
«No he entregado unos y ya me están solicitando otros», evoca la mamá y también inquiere: «¿Cuántas veces al año debo recibir el módulo de postrado?, porque difieren los criterios. Los componentes tales como telas antisépticas, jabón, toallas y lona las necesito con urgencia».
Refiere la madre tunera que constantemente es atendida por trabajadores sociales del Minsap y del Ministerio del Trabajo, quienes están al tanto de las necesidades de su muchacha, por ello ratifica la gratitud.
En cuanto a las inquietudes que la asaltan, también son compartidas por otra madre cuidadora de la localidad, Yolanda Carmenate Carmenate. Sería oportuno que las autoridades correspondientes les aclararan a ambas.