Acuse de recibo
Roberto Aragón López (Primera del Sur No. 68, entre 3 y 4 del Este, Placetas, Villa Clara) afirma en su carta que la sucursal del Banco Popular de Ahorro (BPA) en ese municipio se ha convertido en un «señor problema» para los jubilados y demás pensionados que deben cobrar allí sus chequeras y para otros clientes que solventan sus adeudos en el lugar.
«Cada mes —señala— tenemos que perder unas cuantas horas de nuestro preciado tiempo. Del funcionamiento de ese Banco debía un especialista hacer un estudio del porqué se demora tanto la atención a la población».
Entre las anomalías que Roberto observa, están el que nunca trabajan las seis cajas; cuando más son cuatro, y en raras ocasiones. Las veces que Roberto ha ido, nunca abre el Banco a la hora de apertura, 8:00 a.m., lo hace hasta diez minutos después. A las 8:40 aún están llegando trabajadores que debieron estar en sus puestos desde las 8:00 a.m. «Nunca ha visto a la Dirección del Banco preocupada por agilizar los procesos cuando, en buen cubano, aquello allá afuera está “que arde”», asegura.
Y como la otra cara de la moneda, elogia a la sucursal del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) de Placetas: «En este es raro ver una caja sin el cajero correspondiente. Allí se respira una disciplina laboral envidiable, a pesar de que se hacen grandes transacciones, como la salida del dinero del pago a los trabajadores de todos los centros laborales del municipio, y el depósito diario de la Empresa de Comercio y Gastronomía.
«Somos muchos los jubilados que hemos tenido que mudarnos para este último Banco», refiere Roberto.
Aunque reconoce el remitente que el BPA ha asumido tareas que hace unos años no tenía, y que son más las personas que mensualmente tienen que acudir allí, él se cuestiona precisamente por ello por qué no se han creado las condiciones para asumir el incremento de los trámites y otras gestiones.
«Por qué la población es la que tiene que pagar los platos rotos?», pregunta Roberto.
El doctor Olimpio Rodríguez Santos (Edificio D, apto. 2, entre Bembeta y Lugareño, reparto Boves, Camagüey) no comprende algunas prácticas del sistema bancario cubano con las cuentas de ahorro en CUP, CUC y USD, precisamente a la luz de las transformaciones que experimenta el país, fundamentalmente con la nueva Ley Migratoria.
«A manera de ejemplo —dice—, los consulados, para otorgar visas, te exigen estado de cuentas bancarias. Y esto obliga a que el ciudadano cubano incremente o abra cuentas nuevas en divisa, que en definitiva es un beneficio para el Banco.
«He recorrido varios bancos de la ciudad de Camagüey y también las Cadecas, para ganar en información y ajustarme a la verdad estricta, apoyado en evidencias de los propios documentos bancarios. Y en la contraportada de la libreta de ahorro en divisas, dice textualmente en el inciso 4: “Las extracciones se realizan en CUC, USD o moneda nacional al tipo de cambio vigente”.
«Esto en realidad no es así, porque de la cuenta en CUC usted no puede extraer USD. Por otro lado, si usted recibe una transferencia al Bandec en euros y lo deposita en su cuenta en CUC, lo primero que tiene que hacer es cambiarlo en CUC, y el Banco se queda con los euros. Usted no tiene derecho, una vez depositado, a extraer la remesa o la cantidad que sea en USD ni en euros».
La información que recibió el doctor Olimpio de Bandec lo condujo a una especie de callejón sin salida, pues señala que, ante su duda, le dijeron que podía cambiar CUC por USD en las Cadecas o en el Banco Financiero Internacional. Fue a ambos y le ratificaron que era cierto pero… casi nunca tenían USD.
Olimpio necesita que le aclaren otras dudas: «Las cuentas en CUC tienen una tasa de interés de 0,5 por ciento anual, irrisorio; y las que operan en USD no acumulan interés. ¿Cómo piensa el sistema bancario estimular la apertura de cuentas? ¿Por qué el cliente está obligado a hacer las extracciones solo en el banco donde hace el depósito?».