Acuse de recibo
Desde Avenida 7, No. 206, en el Consejo Popular Pipián, del municipio mayabequense de Madruga, escribe José Miguel Cruz, un impedido físico aquejado de artritis reumatoidea deformante. Y lo hace en nombre de muchos otros pacientes.
Cuenta que su enfermedad requiere de un tratamiento semanal, con inyección intramuscular de metotexato, la cual antes se le aplicaba en la consulta de Reumatología situada en un consultorio médico en Güines, adonde acudían pacientes de Nueva Paz, Melena, San Nicolás, Batabanó y Madruga.
Pero desde diciembre del 2010 el consultorio fue asignado a un médico de la familia —su función original—, alegándose que se le conferiría un nuevo local a la consulta de Reumatología. Y hasta el 25 de febrero, cuando me escribiera José Miguel, no había sido resuelto aún dicho local.
Asegura que ante los planteamientos hechos en el Gobierno provincial y Salud Pública, la respuesta ha sido que se va a otorgar un local, pero no acaba de materializarse.
«Por esta situación —afirma—, hay una serie de pacientes, a los cuales les resulta imprescindible la atención del reumatólogo, que en estos momentos se encuentran sin ella, a pesar del esfuerzo realizado por el médico y su dedicación».
También desde Mayabeque, en Loma La Casilla, San Antonio de las Vegas, municipio de San José de las Lajas, escribe Martha Figueroa, en nombre de las mujeres de ese asentamiento. Y el tema es un asunto «públicamente íntimo»: incumplimientos en la distribución de las almohadillas sanitarias normadas, ya lexicalizadas como «íntimas» en el argot popular.
«Las almohadillas sanitarias —dice— aquí siempre han sido un problema en cuanto a distribución. Nunca ha sido posible adquirirlas en el tiempo establecido; y no solamente eso: todas no tenemos la posibilidad adquisitiva de comprarlas en las tiendas recaudadoras de divisas.
«Cuando preguntamos qué sucede, tanto en la farmacia como al delegado de la circunscripción o al presidente del Consejo Popular, no tienen respuestas para darnos. ¿Qué pasa? ¿Dónde están las almohadillas sanitarias? El último envío que llegó fue el de septiembre de 2010; y ahora, el 14 de febrero, comenzó el censo del nuevo año y la entrega de las correspondientes a enero de 2011. ¿Quién nos tiene que responder al respecto?».
A cualquiera puede sucederle lo que a Francisca de la Caridad Saborit (Fomento 67, entre Enna y Velázquez, Diez de Octubre, La Habana): tiene tupido el baño de su casa desde el pasado año, con el consiguiente vertimiento de aguas albañales y heces fecales por el tragante de la ducha.
Ha expuesto su problema a su delegada, al Gobierno municipal y a Aguas Negras. En esta última entidad le hicieron una orden de servicio con el número 10165 el 22 de noviembre de 2010, para enviarle el camión bomba que nunca fue. Epidemiología del Policlínico 14 de Junio alertó con un dictamen. Y no sucedió nada.
Hace unos 50 días, a Francisca comenzó a hundírsele el baño. Ella levantó las losas y descubrió abajo un pantano de aguas negras y fango con mucha pestilencia. Limpió todo ese detritus con sus propios medios, y detectó que la tubería maestra estaba rota y tupida. Pero ella reconoce que ha hecho lo máximo, pues no tiene la posibilidad de destupirla, tan grande que es. Y todo se agrava porque los residuos de las otras viviendas desembocan en esa maestra y se empozan en lo que fue su baño.
Francisca apunta hacia «la ineficiencia y el mal trabajo» de Aguas Negras, que todavía no ha enviado el camión; y a Micro Social, que le plantea no tener camión ni plomero.
¿Cómo entonces un ciudadano se las va a ver con asuntos tan peliagudos, si las entidades correspondientes se declaran incapaces o ni se declaran?