Acuse de recibo
Bochorno postal: Así titulé el pasado 29 de enero esta columna, con los testimonios de cinco cubanos que han sido víctimas de pérdidas y expoliaciones de bultos o paquetes enviados por medio de Correos de Cuba, desde el exterior a la Isla y viceversa, e internamente entre varias regiones del país.
Como no es la primera vez que asoman a esta sección tales historias de saqueos y trampas, solicitamos entonces a Correos de Cuba que nos respondiera, además del esclarecimiento de los cinco casos concretos, qué está haciendo para arrancar de raíz ese vergonzante flagelo.
Y precisamente me escribe Claribel Hernández-Baquero, presidenta de Correos de Cuba, para informar que se realiza una investigación exhaustiva de los sucesos, de la cual nos enviarán pormenores en su momento.
Y cumpliendo el propósito de dar una panorámica más amplia de cómo se aborda el desmoralizante asunto, la presidenta de Correos de Cuba reconoce que «es cierto y lamentable que el delito postal, flagelo universal, está presente en nuestra institución».
La funcionaria informa que han adoptado un grupo de acciones organizativas, laborales y de enfrentamiento al delito:
En el 2007 se detectaron varios hechos, cuyos responsables se encuentran en proceso de instrucción penal. Se han tomado las medidas para aumentar la velocidad del flujo postal —elemento vital para prevenir las violaciones—, y se ha ido mejorando paulatinamente, de acuerdo con las posibilidades de esa entidad, y las condiciones laborales de sus centros, asegura la funcionaria.
Significa que a pesar de todo lo que ocurre, cuentan con trabajadores honestos y abnegados, que están enfrascados en elevar el prestigio de la institución, y en tal sentido «se está trabajando en un proceso de selección de fuerza de trabajo calificada, con los valores humanos y con la sensibilidad que caracterizan la actividad postal».
Precisa que esa entidad cuenta con 13 080 trabajadores y alrededor de 3 000 agentes postales con medios propios y gestores de ventas (quiosqueros). Posee 1 015 unidades, lo que la hace ser una de las redes de servicio con mayor capilaridad del país. Además de los servicios postales universales, brinda los de mensajería expreso, la distribución de la prensa, tabloides y revistas; así como servicios a terceros como pago a jubilados, beneficiarios de la Asistencia Social y estudiantes.
Destaca la presidenta de Correos de Cuba que en medio del esfuerzo por una organización superior de los procesos y de la seguridad postal, para recuperar la imagen de la entidad y la confianza de la población; se suma el que a partir del 1ro. de junio de 2007 entró en vigor la Resolución 85 del MINREX. Esta estipula el establecimiento de la factura consular, para los envíos sin carácter comercial de bultos cuyo contenido sobrepase el valor de 100 CUC y no exceda los 200.
Tal resolución, apunta, originó un incremento de los envíos recibidos en el país, para lo cual Correos de Cuba aún no tenía creadas las condiciones. Y ello redundó en demoras, que facilitaron las expoliaciones y pérdidas.
Aclara Hernández-Baquero que para minimizar esos lamentables saldos, se separaron las operaciones nacionales de las internacionales, de manera que disminuyan los procesos de manipulación de bultos; se extendió el horario de la Gerencia de Cambio internacional de 8 a 16 horas diarias, para lograr procesos continuos; se simplificaron los procesos en el tratamiento de los envíos entre la Aduana y Correos y se incrementó el intercambio en los aeropuertos.
También se aumentó a 30 el número de mesas de trabajo de Aduana-Correos, se priorizó la transportación de los envíos y se adoptaron medidas técnico-organizativas en los centros de tratamiento del país, para la recepción de los bultos postales.
La presidenta anuncia asimismo que Correos de Cuba instrumentará próximamente nuevas medidas para dar mayor seguridad a los envíos con contenidos destinados a la población, fundamentalmente en las oficinas de correos, y en particular en Ciudad de La Habana.
Agradecido, siempre que todo sea por hacer prevalecer definitivamente la decencia y el respeto por sobre las trapisondas.