Acuse de recibo
Nelson Sao Francisco no puede comprender que, luego de cumplir un deber sagrado, el Servicio Militar General, haya sido castigado con la baja de la Unidad Nacional de Servicios Compartidos de la Empresa ETECSA, donde laboraba.
El joven, quien reside en Lombillo 702, entre Estancia e Hidalgo, apartamento A, municipio capitalino de Plaza de la Revolución, refiere que fue llamado a cumplir el Servicio Militar en agosto de 2006, cuando solo llevaba seis meses en ETECSA, realizando el adiestramiento laboral correspondiente a su servicio social como graduado de técnico de nivel medio en Transporte automotor.
Y en agosto de 2007, «cuando pretendí volver a mi puesto de trabajo, sencillamente me dicen que había causado baja de esa entidad por cumplimiento del Servicio Militar».
Nelson fue de una oficina a otra reclamando, hasta que el primero de noviembre de 2007 la Gerencia de Recursos Humanos de ETECSA le hizo saber que no podían reubicarlo en su antiguo puesto de trabajo, «por estar congeladas las plazas, como resultado de cambios estructurales; y que era el Órgano del Trabajo quien tiene la responsabilidad con mi ubicación laboral a partir de estos momentos».
Entonces, como retrospectiva, a Nelson le asaltaron dudas: «ETECSA para nada tuvo en consideración —manifiesta—, ni le valía mucho, que un joven quisiera mantener su vínculo y estabilidad laboral con la entidad que le contrató. No se detuvo a pensar que es un joven que había concluido sus estudios en enero de 2006 y fue seleccionado primer expediente y Estudiante Integral del Año, al que le otorgaron la carrera de Ingeniería Industrial y la ubicación laboral para el cumplimiento del Servicio Social precisamente en esa empresa».
La segunda carta tiene que ver también con insatisfacciones acerca del tratamiento laboral, precisamente a raíz del cumplimiento con la defensa de la Patria, y la envía Gabriel Ordóñez Sandoval, residente en el municipio capitalino de Marianao.
Gabriel labora como analista en la Sala de Análisis del Grupo Empresarial Agroindustrial del Ministerio del Azúcar en la provincia de La Habana. En septiembre de 2007 fue movilizado por las FAR durante un mes, como reservista.
Previo a la Operación, los oficiales que estarían al mando les hablaron de los beneficios que iban a tener los movilizados, de acuerdo con la Resolución 1 de 2007 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en cuanto a que se les paga sobre la base de 30 días hábiles al mes, y no sobre 24, como era hasta entonces.
Pero cuando me escribió Gabriel, el 12 de diciembre pasado, habían transcurrido casi dos meses desde que lo desmovilizaran, y no le habían pagado de acuerdo con la nueva Resolución. Él tramitó el asunto con Recursos Humanos de su empresa, y le manifestaron que hasta que no tuvieran oficialmente el documento, no podían asumir el nuevo concepto de pago.
Incluso, del Comité Militar municipal llamaron a su empresa, especificando el derecho que le asistía en el pago, pero hasta que me escribiera no se había cumplido la citada Resolución.
De paso, el reservista desea destacar el reconocimiento que le hicieron en la unidad militar por la misión cumplida, el cual fue dado a conocer en su centro laboral. Pero, aun así, no estará tranquilo hasta que se cumpla lo establecido.
«Ya no se trata del dinero que me deben —que buena falta me hace— sino de hacer cumplir una resolución que existe, aunque no todos la conocen», señala finalmente.