Acuse de recibo
Contrario a lo que alguien me insinuó sutilmente, jamás siento el placer del golpe de efecto, ni gozo con revelar males públicos. Eso sería periodismo amarillo: el morbo de atraer con lo feo y sucio, sin ningún compromiso.
Sufro con muchas historias, porque aquí se busca la mejoría de la vida. Y se siente bochorno —a veces ira— por lo que se padece a cuenta de la indolencia, el descontrol y la insensibilidad de las entidades implicadas.
Entre los casos más lacerantes están los de pérdidas o sustracciones de bultos, paquetes y equipajes de los ciudadanos, que tantos sacrificios hacen para tener esas mercancías y objetos que aligeran la existencia.
Ese fue el de la doctora Zuleyka Caballero, de la ciudad de Camagüey, denunciado aquí el pasado 15 de septiembre: ella arribó el 15 de julio pasado a La Habana luego de cumplir una misión médica en Namibia. Y su equipaje llegó el 30 de julio, sin problema alguno. Ese día, lo despachó en la Terminal 1 del aeropuerto José Martí, para Camagüey, no sin antes sacar unos spray. Y luego fue sellado.
El 7 de agosto recogió el equipaje en el aeropuerto de Camagüey. Y luego se percató de que faltaban cuatro paquetes de 12 toallas cada uno, diez shorts de hombre, ocho juegos de sábanas y cuatro paquetes de 12 pares de medias cada uno. Según Zuleyka, ella hizo la reclamación en Carga y Equipaje de Cubana allí, y transcurridos dos meses no había recibido respuesta alguna, por lo cual exigía el esclarecimiento.
Al respecto responde hoy Emilio González Farrat, director general de Aerovaradero S.A., que se comprobó que la citada carga abordó sin irregularidad la aeronave con destino a Camagüey, el 5 de agosto. Al arribo de la misma, se detectó uno de los bultos dañados, que dejaba acceso al contenido. Al pesarlo, comprobaron que llegó con 3 kilogramos de menos.
El 7 de agosto, precisa Emilio, la clienta extrajo la mercancía, «constatando que un solo bulto presentaba irregularidades, pues su contenido estaba húmedo». La representante en Camagüey emitió el reporte de irregularidad y le orientó a Zuleyka que debía revisar su carga con problemas antes de extraerla del depósito, y con el listado de las pertenencias que había depositado, para constatar los faltantes.
Le orientó también que debía hacer su reclamación por escrito, como se establece en tales casos, para facilitar la investigación. «Ante esta explicación, hay que decir que ella nunca realizó la reclamación: ni en Camagüey ni en la empresa».
Señala que se creó una comisión investigadora, la cual visitó Camagüey, y se entrevistó con la demandante, quien reconoció que no había entregado los documentos solicitados en el término establecido. Aun así, agrega el director que «se le informó que la empresa estaba consciente de su responsabilidad en los hechos, y que le informará con la mayor brevedad posible la solución al problema, al tiempo que se ofrecieron disculpas por las molestias ocasionadas».
Esta sección espera que se le mantenga informada de ese momento en que se concluya el caso, y se desagravie a la clienta, al tiempo que se informe de las medidas concretas que se hayan tomado para entonces.
González Farrat subraya que esa entidad está enfrascada en una lucha tenaz contra acciones delictivas e ilegalidades, y toma medidas inversionistas para el equipamiento tecnológico de control y seguimiento de los procesos operativos, como es el caso del completamiento del circuito cerrado de cámaras; así como el tratamiento del tema en reuniones, matutinos y demás actividades con los trabajadores.
Refiere el director que cualquier cliente que utilice los servicios de Aerovaradero S.A., al recibir su mercancía y detectar irregularidades debe realizar su reclamación por escrito ante el representante, sin salir del local donde hace su extracción.
Allí se realizan el pesaje y la revisión, para llenar el reporte y tramitar la reclamación. De no hacerlo así, invalida su derecho a reclamar. Aerovaradero S.A. tiene terminales de servicio de carga aérea nacional en Ciudad de La Habana, Camagüey, Holguín, Santiago de Cuba, Baracoa y Ciego de Ávila.