Las células reproductivas masculinas viajan de siete a diez centímetros antes de llegar al óvulo, su equivalente femenino. Durante la época medieval se creía que tanto los hombres como las mujeres producían espermatozoides.
En un acto de reproducción intervienen un óvulo y cientos de miles de espermatozoides, pero solo uno logrará penetrar y aportar sus cromosomas al nuevo ser que pudiera formarse.
Los espermatozoides necesarios para duplicar la población mundial actual entrarían en la circunferencia de una aspirina. Los óvulos necesarios para duplicar la población mundial entrarían en el huevo de una gallina. El óvulo mide aproximadamente 0,14 milímetros y es visible a simple vista; es la célula más grande del cuerpo humano.