WASHINGTON, febrero 23.— El presidente Barack Obama presentó este martes un plan al Congreso para clausurar el centro de detención de la ilegal Base Naval de Guantánamo, donde permanecen 91 prisioneros —calificados como «combatientes enemigos»—, de los 760 que pasaron por esa cárcel desde su instalación en enero de 2002 para recluir a los sospechosos de terrorismo capturados en cualquier lugar del mundo.
En su informe, el Jefe de la Casa Blanca, tras asumir que en la lucha contra el terrorismo han estado usando todos los elementos de su poder nacional, militar, la diplomacia, la inteligencia, y la seguridad interior, también expresa que «está comprometido con ideales como el régimen de derecho y los derechos humanos».
Valoró al respecto que «durante muchos años queda claro que la prisión en la Base Naval de Guantánamo no hace que avance nuestra seguridad nacional, sino que la socava», una opinión que comparten expertos y muchos militares estadounidenses porque «es contraproducente a nuestra lucha contra el terrorismo» y «lo utilizan como una propaganda contra nuestro país en su esfuerzo para reclutar nuevos miembros».
Obama apuntó que la prisión instalada en Guantánamo drena recursos militares, «con casi 450 millones de dólares gastados únicamente el año pasado para mantener su funcionamiento, y más de 200 millones en gastos adicionales necesitados para mantenerlo abierto», cuando son menos de cien los detenidos.
Señaló que el centro de detención no ha podido resolver la lucha contra el terrorismo, afecta la alianza de EE.UU. con otros países, y «mantener esta instalación abierta es contraria a nuestros valores, socava nuestra posición en el mundo y es vista como una mancha».
En la valoración ante el Congreso apuntó que 15 años después del 11 de septiembre, todavía tienen la instalación y ningún veredicto ha sido alcanzado con respecto a esos ataques.
Obama recordó que desde su campaña a la presidencia se reconocía que estas cárceles tenían que ser cerradas.
El mandatario dio datos precisos sobre el número total de detenidos. Aseguró que cerca del «95 por ciento han sido transferidos a otros países», muchos de ellos durante la administración Bush y 147 detenidos más en su presidencia, lo que ha hecho tomando previsiones para que estos «no regresen al campo de batalla» y como resultado «hoy en día quedan únicamente 91 detenidos en las instalaciones».
Explicó que el Departamento de Defensa ha presentado al Congreso el plan «para finalmente cerrar Guantánamo de una vez por todas», en referencia al centro de detención militar y no a la Base Naval.
Detalló algunos pormenores de ese plan en cuatro acciones: continuar transfiriendo a otros países a 35 de los 91 detenidos, con garantías para la seguridad, y acelerar la revisión periódica de los detenidos que queden para determinar «si su detención continúa siendo necesaria» o podrían también ser transferidos a otros países.
Además, continuar utilizando todas las herramientas legales, pues dijo que diez de los detenidos están siendo procesados por la Comisión Militar, aunque señaló que esas comisiones son muy costosas, y luego de años de litigio no hay ninguna resolución, por lo que incluirán cambios en ellas que requieren la aprobación del Congreso, y será consultado.
En contraste, apuntó que algunos detenidos en EE.UU. están en proceso en las Cortes Federales y estas han sido más efectivas «a la hora de sentenciar a muchos de estos terroristas» y proteger al pueblo estadounidense.
El plan presentado, afirmó, no es solo cerrar las instalaciones; «se trata de cerrar un capítulo de nuestra historia» y aprender la lección para seguir hacia adelante, y a continuación sentenció que el «uso de comisiones militares no debía sentar un precedente para el futuro».
Finalmente expuso un cuarto punto del plan, consistente en trabajar con el Congreso «para tratar de buscar una ubicación segura dentro de Estados Unidos para mantener a los restantes detenidos que queden», los que no pueden ser transferidos a otros países y representan todavía «una amenaza para Estados Unidos».
Precisó también que según estimados del Departamento de Defensa este plan, comparado con mantener la cárcel de la base abierta, «sería un ahorro de hasta 50 millones de dólares al año; en 20 años sería 1,7 mil millones de dólares. En otras palabras, podemos garantizar nuestra seguridad, mantener nuestros más altos valores alrededor del mundo y ahorrarles a los contribuyentes estadounidenses mucho dinero en el proceso», subrayó el presidente Barack Obama.
Además, tranquilizó los miedos y preocupaciones del público estadounidense —que atribuyó en parte a la desinformación— sobre que estos terroristas estén detenidos dentro de Estados Unidos, garantizándoles que ya tienen muchos «y no se han registrado incidentes con ellos».
Se refirió a la oportunidad que da este año electoral a tener un «diálogo abierto y en buena fe, relacionado con nuestra seguridad nacional» y confesó que como ahora no debe preocuparse por la política electoral, puede hacer «lo correcto para el país», aprender la lección para el nuevo Presidente y las futuras generaciones para que no tengan que enfrentar problemas, como los que Guantánamo ha presentado.
«He trabajado durante siete años para cerrar Guantánamo», dijo, y no quisiera pasarle este problema al próximo Presidente.
El anuncio de Kerry
Por su parte, el secretario de Estado, John Kerry, anunció un posible viaje a Cuba para dialogar sobre temas insertados en la programada visita del presidente Barack Obama, a realizarse el 21 y 22 de marzo.
Kerry, quien visitó La Habana en agosto del pasado año para la reapertura de la Embajada estadounidense, anunció al Comité de Relaciones Exteriores del Senado que «puede que viaje allí en una semana o dos para tener un diálogo de derechos humanos».
Al confirmar la visita de Obama, el Gobierno de Cuba reiteró la pasada semana la disposición a hablar sobre cualquier tema sobre la base del respeto mutuo, y aseguró que la Isla también tiene opiniones sobre los derechos humanos en Estados Unidos, recordó PL.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos anunció su propósito de visitar Cuba al responder a una pregunta del Congreso sobre el presupuesto anual de la Secretaría de Estado.
Según EFE, defendió también la petición, incluida en la propuesta de presupuesto de Obama para el año fiscal 2017, de que el Congreso conceda 3,8 millones de dólares para reformar la Embajada estadounidense en Cuba y contratar a otros nueve funcionarios porque «el personal actual en La Habana no es adecuado para apoyar nuestros objetivos», indicó Kerry.