El abrazo de madre e hija: Yolanda Pulecio e Ingrid Betancourt. Foto: AP tomada de Telesur BOGOTÁ, junio 2.— Ingrid Betancourt, tres «contratistas» norteamericanos y 11 miembros de la fuerza pública que estaban en poder de las guerrilleras FARC fueron rescatados de la selva este martes luego de un operativo de inteligencia del ejército colombiano denominado «Jaque» y que, según las autoridades, se efectuó «sin disparar un solo tiro» y sin bajas .
Junto al resto, un avión de la Fuerza Aérea de Colombia trasladó a Ingrid a la Base Aérea de Catam en la tarde, donde recibió el abrazo de su madre Yolanda Pulecio y de su esposo Juan Carlos Lecompte. También la recibió el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Ingrid se veía ojerosa, pero ostensiblemente menos delgada y depauperada que en las últimas fotos que le tomaron en la selva, y que circularon recientemente de forma profusa.
Con gorra y chaqueta de camuflaje, y usando las botas altas de goma de la guerrilla, Ingrid posó para las fotos junto al resto de los liberados, de quienes también destacaba su buena apariencia física y de salud, a pesar de que alguno tenía casi una década retenido.
La noticia había sido dada a conocer al mediodía por el ministro Santos, acompañado del jefe del Ejército, Freddy Padilla, en momentos en que ya los rescatados volaban del sitio donde concluyó el operativo, cerca del río Guaviare, a la cabecera departamental, para abordar un avión que se dijo los llevaría a la base de Tolemaida, en Tolima, donde los recibiría el embajador estadounidense en Bogotá, William Brownfield y el presidente Álvaro Uribe, quien se ufanó al conocer la noticia mientras participaba en un servicio religioso en la inauguración de un hospital.
Santos afirmó que el operativo «penetró» a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, luego de que miembros de inteligencia del Ejército se infiltraran en el grupo insurgente que custodiaba a los retenidos.
Según el titular, esos militares convencieron a los guerrilleros de reunir a los secuestrados, que estaban divididos en tres grupos, para llevarlos en un helicóptero de una organización humanitaria ficticia y ponerlos en custodia del nuevo comandante del secretariado de las de las FARC, Alfonso Cano. Pero el helicóptero, en realidad, era del ejército.
También precisó que los estadounidenses liberados —identificados por las FARC como agentes de la CIA—, son Keith Stansell, Marc Gonsalves y Thomas Howes, capturados por la insurgencia en pleno sobrevuelo de la selva colombiana, como parte del apoyo militar que EE.UU. da a la contrainsurgencia. Los tres ya se encuentran en EE.UU., se precisó.
En una primera reacción desde Washington, el Departamento de Estado notificó por medio de su vocero que había sido informado por Bogotá, de antemano, del operativo, pero recalcó que fue «planeado y ejecutado únicamente por las autoridades colombianas», según reportó el corresponsal de CNN, pero una autoridad del Consejo Nacional de Seguridad estadounidense reconoció después la participación en el planeamiento de la acción.
A esa hora, acababa de culminar su visita a Colombia el candidato presidencial republicano estadounidense, John McCain quien, en Cartagena de Indias, antes de abordar el avión que lo llevaría a México, expresó su apoyo a Uribe y pidió a las FARC desmovilizarse.
Los despachos reportaron expresiones de alegría entre la ciudadanía colombiana, en tanto el presidente francés, Nicolás Sarkozy —una de las personalidades que desde Europa había insistido en la posibilidad de un canje que diera la libertad a Ingrid, con ciudadanía francesa—, también manifestaba su satisfacción.
Al cierre de esta edición todavía la guerrilla —que con la retención de altas figuras políticas apuesta a un intercambio de prisioneros que posibilite la liberación de cientos de insurgentes en las cárceles comunes de Colombia—, no se había pronunciado.
Las primeras palabras de IngridLa primera en dejar oír la voz de Ingrid Betancourt fue una radio militar cuya entrevista difundió después Radio Caracol, y en la que la ex candidata del Partido Ecologista declaró que estaba esperando hace tiempo el operativo, que calificó de «absolutamente impecable (...) No sabíamos lo que estaba pasando», dijo al narrar los momentos precedentes al abordaje del helicóptero cerca del río Guaviare.
Ingrid agradeció a las Fuerzas Armadas colombianas y al Gobierno y dijo que quedaba demostrado que la paz puede alcanzarse con «sabiduría y prudencia».
Según Betancourt, ya estaban informados de que serían «trasladados» cuando abordaron el helicóptero pero, una vez a bordo, fueron neutralizados los guerrilleros que los acompañaban, y el resto de los ocupantes se identificaron como miembros del ejército y les dijeron: «Ustedes están libres».
Los acontecimientos siguen a la liberación, por iniciativa unilateral de la guerrilla y a favor del canje, de Clara Rojas y la ex congresista Consuelo González y, luego, de un grupo de otros seis legisladores. Pero los gestos fueron interrumpidos por el cuestionado ataque de efectivos colombianos al campamento del comandante Raúl Reyes en Ecuador, en el que se ha denunciado tuvo participación EE.UU., hecho que se interpretó como un portazo a eventuales conversaciones de paz.