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Misión cumplida en Kumamoto

Las pupilas de Jorge Coll vencieron a sus adversarias por 33-31, desempeño que les aseguró terminar en el puesto 21 del Campeonato Mundial de balonmano y a la vez cumplir el principal propósito precompetencia: superar el escaño 23 logrado hace cuatro años

Autor:

Javier Rodríguez Perera

La despedida del conjunto femenino cubano de balonmano del Campeonato Mundial de la disciplina derivó en victoria, no sin antes jugar un partido ante las kazajas bien cargado de emoción, reñido en exceso y que el desenlace parecía nunca llegar. En la prefectura de Kumamoto, perteneciente a Japón, antillanas y euroasiáticas, inobjetablemente, disputaron uno de los encuentros más parejos de la lid, puesto que concluyeron igualadas a 29 goles durante el tiempo reglamentario, marcador que se mantuvo incólume en la prórroga, dejando el epílogo para el drama de los penales.

Fue así que las pupilas de Jorge Coll vencieron a sus adversarias por 33-31, desempeño que les aseguró terminar en el puesto 21 del torneo y a la vez cumplir el principal propósito precompetencia: superar el escaño 23 logrado hace cuatro años en la edición acontecida en Dinamarca. Además, en su cuarta participación mundialista igualaron el mejor rendimiento histórico a este nivel, alcanzado cuando debutaron hace dos décadas.

De modo general, en su más reciente incursión las cubanas jugaron siete encuentros: cinco en la fase de grupos y dos en la Copa Presidente, que definió los sitios del 13 al 24. En su grupo A encajaron sucesivas derrotas frente a Noruega, Serbia, Holanda, Eslovenia y Angola —no pudieron conseguir su primer triunfo de por vida en la etapa clasificatoria—, en tanto, en la fase siguiente, estrenaron la casilla de los triunfos ante el conjunto de Australia (45-25) y después ocurrió el éxito de marras contra las kazajas.

Concluyeron su accionar con 200 goles a favor y 279 en contra, mientras que, curiosamente, las cinco principales artilleras de nuestro país fueron exponentes que se desempeñan en ligas profesionales europeas. Una moraleja bien clara se desprende de la cláusula anterior y es que, aunque suene a perogrullada, la contratación de figuras en circuitos rentados de Europa es efectiva y determinante para que la Isla aspire a objetivos más serios, de ahí a la pronta necesidad de incrementar el número de fichajes, que ahora mismo es de seis jugadoras.

La habanera Lisandra Lussón (Rocasa Gran Canaria, España) encabezó la ofensiva con 29 perforaciones, escoltada por la pinareña Yunis Camejo (Aula Alimentos de Valladolid, España), autora de 25; la capitalina Eyatne Rizo (Fleury Loiret, Francia), con 22; la santiaguera Lorena Téllez (Liberbank Gijón, España), con 21, y anotó 20 la granmense Gleinys Reyes (Adesal Córdoba, España).

Por su parte, la lateral villaclareña Yennifer Toledo perforó 19 veces la portería contraria y la habanera Schakira Robert lo hizo en 18 ocasiones. En la hoja de las actuaciones destacadas también hay que incorporar a la portera indómita Niurkis Mora —elegida el lunes como mejor atleta femenina de deporte colectivo de Cuba en 2019—, quien dejó buena imagen en la justa y en un partido ganó el reconocimiento de Jugadora Más Valiosa.

Si se mira con un lente generalista, muchos coincidirían que un lugar 21, en cualquier evento, es un mal resultado. Sin embargo, esa ubicación, a tono con el plantel antillano, deviene buen desempeño por una serie de motivos, entre los que se incluyen algunos que explicamos con anterioridad y otro como haber transitado por un grupo asaz complejo en lo que constituyó el retorno a un Campeonato Mundial.

Siendo realistas y no alimentando ilusiones irrealizables, las posibilidades de las insulares de obtener una sonrisa en su periplo por la etapa inicial eran casi utópicas, toda vez que los cinco contrincantes poseían más horas de vuelo en eventos de primer nivel y una calidad superior evidente, manifiesta en la cancha y reflejada en los marcadores abiertos, siendo la derrota por 30-40 ante el equipo angolano la de menor diferencia.

No obstante, cada uno de sus enfrentamientos en la llave A derivó en valiosísimas oportunidades para la tropa de Coll, desnuda prácticamente en lo que concierne a fogueo con selecciones de primer nivel y en esta ocasión se midieron de manera consecutiva a elencos de Noruega, Serbia y Holanda —trío que avanzó a la segunda fase—, incluidos en la élite mundial de esta disciplina y con al menos una medalla en lides del orbe.

Se apreció un equipo bien cohesionado, consciente de que no había nada que perder y, más que todo, alegre en su juego, que aunque adolece de mayores variantes tácticas y urge trabajar con esmero el flanco defensivo, motiva a seguirlo en el próximo ciclo olímpico, principalmente su andar por el balonmano continental.

 

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