Un quehacer que apasiona. Autor: ahora.cu Publicado: 24/03/2025 | 08:34 pm
HOLGUIN.— «Los desafíos son grandes, pero también lo son las satisfacciones», aseguraron tres destacados exponentes de las letras holguineras y miembros del sistema editorial de esta oriental provincia, como parte de un panel realizado entre las actividades de la recién finalizada Feria Internacional del Libro.
En la 33ra. edición del evento, el aniversario 25 del sistema de ediciones territoriales (SET) fue una de las principales motivaciones, por lo que resultó oportuno reflexionar sobre los principales retos que se presentan a quienes hoy asumen la misión de hacer libros.
Dunia Verdecia Carmenate, miembro del equipo de la decana Ediciones Holguín, rememoró los orígenes del SET, que surgió para dar respuesta a los escritores de diferentes partes de Cuba que no contaban con un espacio para publicar sus obras.
«Llevo más de 20 años trabajando en la editorial y, desde mis inicios, pude comprobar que Holguín tenía un colchón de materiales fortalecido. En aquellos años, a cada provincia se le entregó una maquina risográfica, que daba cierta capacidad para la impresión de libros».
Según comentó, en ese período hubo excelentes publicaciones, que hoy piden a gritos ser reeditadas. Fueron avanzando de forma paulatina para concebir las colecciones que han perdurado hasta el presente.
«Quisimos superarnos, hacer libros mejores, y se rediseñaron las publicaciones con la imagen actual. Nos quedamos con la colección Ático, en la que publican grandes escritores universales y nacionales; Ítaca, para los escritores cubanos; 1492, para los temas vinculados con la historia; Palmiche, para los infantiles, y Papeles, para la divulgación científica», precisó.
Además, se refirió al proceso metodológico que ha caracterizado a Ediciones Holguín, en el momento de recibir un libro. Al decir de Lourdes González Herrero, su directora, señaló: «Puede que no hayamos publicado libros tan buenos, pero nunca un buen libro se dejó de hacer».
Un golpe de luz
«Yo era un escritor feliz. Encontrar esos libros con las cubiertas gastadas es como encontrar a un viejo conocido», dijo Luis Yuseff, director de Ediciones La Luz, sobre los ejemplares que marcaron sus inicios en el mundo de las letras.
Bien sabe el guía del sello editorial de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín lo mucho que ha cambiado el escenario para los hacedores de libros, por lo que recomendó que las casas editoras deben ser cautelosas a la hora de proponer su plan.
«No podemos negar que nuestras editoriales, unas con mejores condiciones que otras, han permanecido durante cinco años sin los elementos básicos que necesitan para su funcionamiento óptimo», reconoció en su intervención.
«Pienso que si estamos celebrando el aniversario es también para cuestionarnos la posibilidad de llegar a los 30. La razón de nuestras editoriales es hacer libros, y por suerte, se diversifican los caminos hacia el libro electrónico o el audiolibro», enfatizó.
En ese sentido, dijo que debe modificarse un debate que tiende a ver al libro electrónico como la solución a los problemas editoriales del país. «El libro electrónico complementa la socialización del libro en papel, no la sustituye», recalcó.
Apostar por el libro cubano
«Una de ellas tiene encima otro montecillo, a manera de una hermosa mezquita», así se lee en el diario de navegación de Cristobal Colón, al referirse a una elevación ubicada en el municipio de Rafael Freyre, perteneciente al sistema orográfico Maniabón.
Amparados por ese simbolismo histórico, se constituyó la editorial La Mezquita, de la filial holguinera de la Unión de Historiadores de Cuba, encargada de promover lo más valioso de la historia de la Patria y salvar la memoria que distingue lo autóctono del país.
Según Mayra San Miguel Aguilar, historiadora y representante del sello, este fue cuestionado desde sus inicios por su nombre poco convencional y vinculado con la religión, pero ha sabido sobreponerse y consolidarse en el panorama literario, a pesar de las adversidades.
«Holguín tiene un potencial muy fuerte que nos llevó a la creación de La Mezquita. Hemos trabajado en la publicación de 80 títulos, no sin contratiempos, pero gracias a la sinergia de un grupo importante de factores e instituciones culturales, entre las que sobresalen la Casa de Iberoamérica y algunas editoriales extranjeras.
«En este escenario, nos sentimos un poco desprotegidos. No tenemos computadoras, por ejemplo. Todos trabajan desde casa, con medios propios, al no contar con tecnología», declaró la directiva.
Sin embargo, dice con orgullo que la editorial ha cumplido su encargo social, con el empeño que motivó a su fundación. «Hay que hacer que las nuevas generaciones sigan amando a Cuba, lo que se ha vivido», exhortó Mayra.