Coda conversa con uno de sus discípulos, Alain Cervantes, quien es además volante de la selección nacional cubana.
Cuando aún se escuchan los ecos del recién finalizado Campeonato Nacional de Fútbol, nuestro diario les propone un intercambio de criterios con el italiano Roberto María Coda, director técnico del equipo de La Habana, ocupante del séptimo lugar.Sin pensar siquiera en el catenaccio (cerrojo defensivo) propio de sus coterráneos, y sí con la mente pletórica de proyectos inherentes a su licenciatura en Economía, Coda llega a Cuba en diciembre de 1995, procedente de la ciudad de Vicenza.
—¿Se «aplatanó» a la Isla?
—Cuba me cambió la vida. La hospitalidad, solidaridad y alegría de su pueblo, me trasmitieron sensaciones muy fuertes. Además, aquí me desempeño también como asesor del Ministerio de la Agricultura en el área de Mecanización.
—¿Qué historia futbolística dejó en Italia?
—Allá dirigí varios clubes en ocho años. El «primer amor» fue la escuadra juvenil de Villaga (1986-87), luego recalé en el T.Arzignano, de sexta división, y más tarde estuve dos años con el Villafranca de Verona (serie D, quinta división), donde alcancé un tercer puesto. Después pasé al club Thiene, de la ciudad de Vicenza, enrolado en la serie c2, de tercera división.
—¿Qué opinión le merece el famoso catenaccio?
—Ese es un planteamiento técnico que se utilizó mucho en la década del 70, pero el fútbol actual es muy diferente por su mayor dinamismo, ha evolucionado en la creatividad. Mas, si alguna situación del partido precisa una férrea cobertura defensiva, siempre la indicaré.
—¿Cuándo y cómo llega al fútbol cubano?
—A finales del 2001 contacté con Luis Hernández, presidente de la Asociación de Fútbol de Cuba, y este me posibilitó primero analizar las características de los jugadores, relacionando el sistema de juego de aquí con el de Italia. Y en ese mismo año se cumplió uno de mis sueños: comenzar en la dirección de un equipo cubano, en este caso, el elenco juvenil de Ciudad de La Habana.
—¿Y cómo recaló en La Habana?
—A La Habana la siento como una «criatura» mía. Ya llevo cuatro temporadas con el equipo, mejorando siempre en la tabla final. Empecé a raíz de un repechage en el 2003, en el cual había otros dos equipos (Guantánamo y Azucareros). Uno de estos se quedaría fuera de la temporada siguiente... y no fuimos nosotros.
En el 2004-2005 terminamos en el lugar 14 y en el 2005-2006 se dio un gran salto cualitativo: octava plaza. Ahí contamos con el aporte ofensivo de nuestro único delantero, Rudy Lay Arencibia, autor de 12 goles.
—Pero Rudy solo consiguió ahora cuatro dianas y La Habana terminó en la séptima posición...
—Los muchachos se repartieron los goles. En ocasiones fue Boris González, en otras Hansel Zayas, pero Rudy es clave.
—¿Cuál es su sistema de juego?
—Empleo un clásico 3-4-3 (tres defensas, cuatro volantes y tres delanteros).
—¿Un director técnico italiano con solo tres defensas?
—La Habana no tiene el «ADN» de defender, por eso trabajo con cuatro mediocampistas, dos de ellos en funciones de contención.
—¿Qué piensa del fútbol cubano actual?
—Cuba posee excelentes jugadores, pero creo que se trabaja poco la defensa. Si se mejora en ese sentido, estamos en condiciones de vencer, como en ocasiones anteriores, a Jamaica y Trinidad y Tobago, equipos que ya han asistido a Copas del Mundo por el área de CONCACAF.
Y recordando su primer partido oficial, a los 9 años de edad con el equipo Ars Audax, de Vicenza, el inquieto Roberto Coda se despide «hasta la próxima temporada». ¿Mejorará de nuevo La Habana en la tabla de posiciones? La cancha dirá la última palabra.