Frei Betto ofreció una conferencia de prensa a propósito de la visita del Papa Fracisco a Cuba. Autor: Juana Carrasco Martín Publicado: 21/09/2017 | 06:18 pm
Para mí es una alegría estar en Cuba en ocasión de la visita del Papa Francisco, con esta frase rotunda inició el reconocido teólogo de la liberación e intelectual brasileño, Frei Betto, su encuentro con decenas de periodistas nacionales y extranjeros en la Sala de Prensa instalada en el Hotel Nacional de La Habana para el importante evento.
Pocos países de América Latina han tenido la oportunidad de recibir la visita de tres Papas en tan breve lapso de tiempo, los tres últimos, y esto concita celos de algunos países con mayor población católica, aseguró, haciendo referencia a que solo Brasil es la otra nación que ha tenido este honor, significando la importancia que se le concede a un país de gran religiosidad como la mayor de las Antillas, «aunque no es un país predominantemente católico».
Más adelante catalogaría esta visita como «un regalo al pueblo de Cuba», como también es un regalo al pueblo estadounidense la visita que realizará a ese país del 22 al 28 de septiembre. «Una visita que será más complicada», afirmó sobre esa segunda etapa de esta gira papal, porque apuntó que «están en proceso electoral».
Señaló Frei Betto en sus breves palabras introductorias de la rueda de prensa, en la que fue «acosado» por numerosas preguntas, que Francisco es un Papa que está haciendo una revolución dentro de la Iglesia Católica, continuando lo que hizo en su momento Juan XXIII y mencionó la encíclica Alabado sea el Señor donde abordó con profundidad los problemas medioambientales, sus causas y cómo el deterioro del hábitat humano afecta con peso mayor a los más pobres de este mundo.
Impacta su cercanía a los pobres, aseguró Frei Betto sobre el Sumo Pontífice, porque «tiene la fe de Jesús».
En respuesta una pregunta primera, indagatoria que lo llevó a su libro Fidel y la Religión, el destacado intelectual recordó que en abril de este año estuvo también en la Isla para el 30 aniversario de la entrevista que hiciera en 1985 al Líder de la Revolución. Cuba, afirmó, un país con 11 millones de habitantes, sacó una edición de 1 300 000 ejemplares, para dar a entender el interés del tema entre los cubanos, «un pueblo muy religioso, no propiamente católico» lo que, dijo se parece a Bahía, en Brasil, donde hay una mezcla de catolicismo con religiones de origen africano.
Apuntó que efectivamente hubo tiranteces entre la Revolución y la Iglesia Católica en los primeros años después del triunfo de 1959, pero no con las iglesias cristianas. Aludió a que pocos recuerdan que en la Sierra Maestra hubo un sacerdote católico, el padre Sardiñas, quien fue Comandante de la Revolución, y el Papa le autorizó a utilizar una sotana verde olivo.
Frei Betto señaló que al inicio de la Revolución muchos católicos se opusieron a los cambios en Cuba y que un cura se llevó a 14 000 niños a Estados Unidos «porque dijo que aquí se iba a quitar la patria potestad», en alusión a lo que se ha conocido históricamente como la Operación Peter Pan.
El libro Fidel y la Religión quitó el mito y los prejuicios de católicos y comunistas, puntualizó al tiempo que en esa característica suya de ejemplificar con hechos y anécdotas dijo que la fiesta de San Lázaro, la más masiva manifestación religiosa en La Habana, que es el 17 de diciembre, coincidió con el día del anuncio por los Presidentes Raúl y Obama del propósito de restablecer las relaciones, lo que consideró «un milagro de San Lázaro», y el día del cumpleaños del Papa Francisco.
Frei Betto recordó su primer encuentro con Fidel en Nicaragua y sus preguntas de entonces y las reflexiones del Comandante. El Estado y el Partido Comunista de Cuba destacaron más tarde su condición de laicos, recordó.
El Papa y la nueva izquierda latinoamericana
Habría que preguntarle al Papa Francisco su opinión sobre las izquierdas latinoamericanas, así comenzó su respuesta sobre el particular y reflexionó que hay muchos Gobiernos progresistas o de la nueva izquierda, «y la que conozco está muy feliz con el Papa Francisco» por su opción con los pobres y su denuncia de las causas de las injusticias y no solo de los efectos.
Ningún Papa ha sido tan contundente como Francisco en su encíclica Laudate Si, donde afirma que el precio más pesado de la degradación ecológica lo pagan los pobres, reiteró.
Respecto a la posición del Sumo Pontífice en cuanto al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y el proceso de relaciones de ambas naciones, aseguró Frei Betto que «hizo demasiado como estadista», en forma discreta y con mucha habilidad.
Hay un reconocimiento del Papa Francisco a la soberanía y la independencia de Cuba por el hecho de venir primero a Cuba y luego a Estados Unidos, aseguró, recordando que cuando la visita de Benedicto XVI hubo mucha presión por parte del entonces presidente Bush para que no viniera y luego para que condenara a la Revolución, y el Papa «estuvo cinco días aquí y reconoció los valores y logros de la Revolución».
Ahora viene Francisco, dijo, en un momento en que Obama ha reconocido el fracaso del bloqueo, en un discurso que, apuntó, él compara con el del exPresidente estadounidense que reconoció la derrota en Vietnam.
«Este pueblo, heroicamente, ha resistido el bloqueo», reafirmó Frei Betto y agregó que ese bloqueo ha sido condenado por los obispos cubanos, y por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI y ahora lo ha hecho Francisco.
Haciendo referencia al encuentro que sostuvo con Fidel el pasado abril y lo reflexionado con él, afirmó que Obama ha cambiado sus métodos, todavía tiene que cambiar sus objetivos. Tiene que levantar el bloqueo y devolver Guantánamo. ¿Por qué el Papa Francisco va a Holguín?, se preguntó Frei Betto, porque su cercanía a la Base Naval de Guantánamo, «hay que observar su discurso allí», alertó.
Recordó las palabras de Juan Pablo II cuando dijo aquí «Yo espero que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba», y eso ha sucedido, consideró.
Abordó también la postura del Papa Francisco sobre la Teología de la Liberación, de la que dijo otros Papas hicieron advertencias, pero nunca fue condenada. Ahora estamos en luz verde, utilizando un símil con las luces del tránsito para caracterizar la actualidad acerca del apoyo de la Teología de la Liberación a la lucha de las comunidades por sus derechos.
«El Papa está en el camino de Jesús», subrayó y recordaba que quienes siguen esa posición junto a los más pobres, somos hijos de un prisionero político, de quien estuvo preso, fue torturado y condenado a morir en una cruz por eso, y no murió de una caída de un camello en una esquina de Jerusalén, ironizó Frei Betto para significar cuál es el camino de Jesús. La Iglesia tiene el papel de preservar los verdaderos valores y derechos humanos.
Acerca de qué puede pasar en Cuba con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, dijo que no tenía una bola de cristal, pero que con la llegada de tanto turista habría un shock entre el tsunami consumista y los valores de la austeridad cubana, apuntando que muchos americanos quieren comprarlo todo y quieren viajar el mundo sin salir de Estados Unidos, con sus hoteles y tiendas en cada esquina.
Afirmó Frei Betto que el cubano es un «pueblo que ha desarrollado valores evangélicos, que son valores humanos; la solidaridad, compartir los bienes», y agradeció a Dios que sus dos líderes históricos estén vivos hasta hoy. Hizo referencia especial a las buenas relaciones de ambos con la Iglesia y a lo que llamó la admiración recíproca entre el Cardenal Jaime Ortega y el Presidente Raúl Castro.
«Un pueblo, destacó Frei Betto, que tiene orgullo de defender su Revolución y sus valores», reafirmó al tiempo que advertía su deseo de «que este consumismo no dañe la austeridad cubana».
Como colofón de sus respuestas a la prensa, se refirió a una de las actividades del Papa Francisco en esta gira por Cuba y Estados Unidos: el Congreso de la Familia en Filadelfia.
También afirmó que hay fronteras físicas y virtuales, fronteras de la segregación y la discriminación que se ven en África, por ejemplo, y provocan la inmigración; y en referencia a nuestro país certificó que no ha sido Cuba la que ha dividido a la familia, ha sido la hostilidad permanente de Estados Unidos y el bloqueo.