Hay que buscar soluciones creativas a problemas que impiden que el campo sea un lugar de regreso y no de partida. Autor: Yoelvis Lázaro Moreno Fernández Publicado: 21/09/2017 | 04:58 pm
GUAYACANES, Ciego de Ávila.— O se atiende el campo o no hay comida. Esa disyuntiva la expuso Yorkis Navarro Pérez, un joven y fornido obrero agrícola de la CPA Felipe Torres, del municipio de Ciro Redondo, durante el Activo Provincial de Jóvenes Campesinos de esta provincia, celebrado en el poblado de Guayacanes, municipio de Majagua.
«Lo bueno que tiene este pleno es que no se ha hablado de dinero —aseveró Yorkis. Aquí se ha analizado para producir y aportarle más al país, pero al campo hay que atenderlo. No puede ser que un trabajador de un hotel o de una corporación tenga mejor estimulación durante su trabajo que un campesino doblado en pleno surco y bajo el sol de estos días. ¿Quién va a producir “el combustible” para que esos compañeros trabajen?».
La intervención de ese joven, delegado al último Congreso de la UJC, resaltó una de las inquietudes que hoy existen en el sector juvenil campesino para asegurar la presencia de fuerza nueva en el campo e incrementar la producción de alimentos, en un escenario donde las labores agrícolas no son hoy todo lo atractivas que deben ser para la juventud en edad laboral.
Al decir de otros participantes, hay que poner la mente y el corazón en la tierra y ello no implica una consigna, sino buscar soluciones creativas a problemas que impiden que el campo sea un lugar de regreso y no de partida.
Las palabras de Yorkis se conjugaron con otros planteamientos sobre situaciones objetivas que limitan el potencial de las fuerzas productivas en la agricultura. Es el caso de Yusmari Pérez Navia, trabajadora de la CPA José Martí, en el poblado de Ceballos, quien entre otros temas se refirió al conflicto que viven muchas campesinas al no existir capacidades para matricular a sus hijos en el círculo infantil y así poderse concentrar en las actividades laborales.
«Ese es un asunto muy difícil —dijo Yusmari. Yo misma estoy pensando pedir una licencia para cuidar a mi niño porque no aparece el círculo. Otras compañeras tienen esa situación y es algo contradictorio: se quiere fuerza joven para el campo y a veces no existen condiciones para que esa juventud pueda rendir lo suficiente».
Asegurar la permanencia de los jóvenes en el campo, y con ello las bases para el incremento de la producción de alimentos, es un tema complejo y con múltiples aristas, pero no imposible de solucionar y mucho menos cuando en otros años existieron formas para lograr vocación por la vida agrícola en la juventud, según los dirigentes campesinos más veteranos presentes en el encuentro.
Una de esas aristas es la atención por parte de la UJC, algo en lo que se debe trabajar más. En opinión de Yamila Cruz Padrón, primera secretaria del Comité Provincial de la Juventud, en el sector campesino de la provincia existen las agrupaciones y jóvenes con condiciones para ser propuestos a las máximas distinciones que otorga la organización.
Pero, como se reconoció, la atención política debe ir más allá y apuntar hacia aquellos que no son militantes de la UJC. En ese sentido, la creación de las Brigadas Juveniles Campesinas desempeña un papel fundamental, el cual no se puede apreciar en todos los lugares debido a la ausencia de esa estructura en numerosas CPA y CCS del territorio, sobre todo cuando en municipios como Chambas, Venezuela, Florencia y Majagua no tienen lugar crecimientos en el sector campesino.
Ely Rodríguez Vidaurreta, funcionario de la Dirección Nacional de la ANAP, recordó que las Brigadas Juveniles fueron una estructura creada junto con la organización de los campesinos cubanos y desde sus orígenes sirvió para nuclear en su seno a todos los jóvenes, militantes o no, con disposición de acometer tareas necesarias para las cooperativas.
«Hoy hay que retomarlas —insistió Ely. En estas pueden estar muchos jóvenes que hoy viven en las cooperativas y no trabajan en el campo por la edad o por las funciones que cumplen, como los hijos de nuestros campesinos. Pero se ha demostrado que las Brigadas pueden hacer mucho. En diversos lugares de Cuba, cuando un ciclón derribó el círculo social, a los pocos días los jóvenes de la Brigada Juvenil lo levantaron. Y eso es una señal. Cuando a los jóvenes se les convoca, ellos actúan».