Estados Unidos sigue armando a Israel para que continúe sus brutales ataques contra los palestinos en Gaza. Autor: Tomada de Twitter Publicado: 04/11/2024 | 06:36 pm
El de Washington es un poder tan prepotente, que parece dejarlo ciego y sordo.
No me referiré a las 32 ocasiones en que la Asamblea General de la ONU ha rechazado casi de forma unánime su política hacia Cuba, una ejecutoria que daña la economía de la Isla y es responsable de cotidianos padeceres de su población, pero que hasta el mismo expresidente estadounidense Barack Obama consideró obsoleta en atención a la imposibilidad de conseguir su «gran» objetivo: conducir a un cambio violento de modelo. (¿Por qué no cambia?)
Tampoco hablo de las muchas ojerizas que despierta su estrategia hacia el Medio Oriente, motivo de una discordia de más de 75 años por su respaldo a Israel y la renuencia a aceptar la existencia de dos estados mandatados desde 1949 por la ONU, causa en este momento del asesinato de más de 43 000 civiles palestinos y casi tres mil libaneses.
Como si no viera ni oyera, la administración estadounidense saliente ha seguido identificándose como proveedor de armas de Tel Aviv, mientras minimiza el impacto de esas acciones sobre su propia ciudadanía; tan preocupada, que el tema terminó por ubicarse como uno de los puntos calientes en la elección del sucesor o sucesora de la Casa Blanca, que precisamente tiene lugar hoy.
Pero otras políticas que, a corto y largo plazos, le están dejando muy mal saldo a Washington, también se siguen aplicando con total desdén de lo que muestran los hechos.
De esa incapacidad no ya para acatar lo legal y racional, sino para entender que sus acciones injerencistas y de fuerza no siempre funcionan, habla la insistencia de Estados Unidos en castigar a quienes no cumplan sus dictados.
Las medidas coercitivas unilaterales con fines políticos siguen siendo usadas por Washington como un instrumento de pretendida dominación por más que, en algunos casos, sus efectos conduzcan a lo contrario.
El mejor ejemplo lo constituyen las sanciones a Rusia, el país más castigado por ellas desde febrero de 2022, cuando dio inicio el conflicto con Ucrania.
Las medidas, sin embargo, no detuvieron la economía rusa. Por el contrario, su PIB en 2023 creció más que el de la también castigadora Unión Europea y que el de los propios Estados Unidos —3,6 por ciento de PIB registró Moscú; 0,5, Europa en su conjunto, y solo 0,5 por ciento, Washington.
Los grilletes en las muñecas tampoco amarrarán a la economía rusa este año, cuando el FMI acaba de pronosticar que crecerá un aplaudible 3,6 por ciento.
Los problemas que ha causado en Europa las restricciones impuestas a Rusia para exportar su gas y su petróleo también han sido olímpicamente menospreciados, así como se pretende seguir obviando que las restricciones dictadas por el Tesoro para que, en general, las naciones que están en sus listas negras no tengan acceso al dólar, conducen al billete verde a un declive que muchos conocen como desdolarización. Es que los otros han sido resilientes, flexibles e inteligentes, y están comerciando con sus popias monedas.
La consolidación del grupo Brics resulta un buen ejemplo de hacia dónde están conduciendo en este mundo el chantaje y la fuerza. Soslayando que esa política no ha hecho más que obligar a Rusia y al resto de los países castigados a buscar otros caminos —y, lo que será aún más provechoso para ellos, a unirse—, Washington pretende matar la frustración… aplicando más castigos.
Un comunicado de prensa del Departamento estadounidense del Tesoro que divulgó el sitio libertarianinstitute.org, divulgó hace cinco días que acaba de emitir cientos de sanciones impuestas a empresas de países que, según Washington, están ayudando a Rusia a evadir las medidas coercitivas unilaterales dictadas por esa instancia gubernamental.
Los nuevos castigados, dijo el texto, son 275 personas y entidades que denomina «redes de evasión de sanciones en expansión en 17 jurisdicciones», presuntamente involucradas en el suministro a Rusia de tecnología y equipos con vista a la Defensa y el conflicto con Ucrania.
Según la información, entra las naciones que tienen empresas castigadas hay algunas que repiten, como China, quien aparece junto a India, Tailandia, Turquía… y hasta un presunto nuevo aliado que acaba de entrar a la OTAN: Suecia.
A este paso, a Estados Unidos se les acabará el papel para seguir alargando sus listas negras.