El proyecto podría garantizar las producciones y servicios de sectores que aún presentan déficit de fuerza de trabajo, como la agricultura. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:53 pm
Poco más de 50 000 cubanos, una cifra discreta, estaban ejerciendo el pluriempleo en los meses de octubre y noviembre pasados, de acuerdo con el nuevo Decreto Ley 268 del 2009 del Consejo de Estado, que flexibiliza el régimen laboral del país y legaliza el contrato de trabajo adicional.
José Barreiro, viceministro de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), informó en conferencia de prensa que, a la luz de los seis meses de aplicación del 268, el 97 por ciento de los enrolados en más de un contrato laboral, lo hacen en actividades de servicios, fundamentalmente en Educación.
Aún en Cuba hay no pocas plantillas abultadas, por lo cual la flexibilización que supone el pluriempleo estará condicionada por este panorama, y es solo una opción suplementaria. Tampoco será una varita mágica, si no va acompañada de un rediseño de los sistemas de pago que fomenten la productividad, la calidad y la eficiencia.
Es conocido que el pago por resultados, promovido por el MTSS, ha experimentado no pocos obstáculos y resistencia en el país.
Aun así, el Decreto Ley 268 es un instrumento que, de utilizarse ágilmente, podría garantizar las producciones y servicios de sectores que aún presentan déficit de fuerza de trabajo, como la agricultura. Esta, en determinados períodos de cosecha y preparación, puede beneficiarse con el aporte de personas que, a su vez, verán incrementados sus ingresos con esta modalidad.
Es importante que cada entidad, primero que todo, haga un manejo racional y eficiente de la fuerza de trabajo. El pluriempleo no puede convertirse en el justificante recurso al cual se apele para cubrir el derroche y la ineficiencia.
Aunque el Decreto Ley 268 legaliza la posibilidad de que sean contratados por tiempo determinado los estudiantes de los cursos regulares de los niveles medio superior y superior, es insignificante la cantidad de educandos enrolados en el pluriempleo, según se conoció.
Aún da sus primeros pasos esta figura laboral, y todavía se requieren coordinaciones entre las direcciones de Trabajo, las empresas e instituciones territoriales y la FEU y la FEEM, para facilitar los procesos de contratación.
Pero el Decreto establece que los estudiantes de estos niveles pueden contratarse para realizar cualquier actividad y funciones, para las cuales cumplan con los requisitos de calificación y habilidades. Ellos recibirán la remuneración correspondiente a los resultados de trabajo y se les reconocerán todos los derechos de la legislación laboral y la seguridad social. La jornada laboral de los educandos se pactará con la administración correspondiente, siempre que no afecte o limite su rendimiento docente.
Ante preguntas de los periodistas, José Barreiro enfatizó en que el Decreto Ley 268 es solo un instrumento flexibilizador, que por sí solo no va a dar soluciones a los problemas del uso eficiente de la fuerza laboral en Cuba. Y reconoció que aún hay que trabajar mucho más, con diversos instrumentos, para potenciar el trabajo como única fuente de riqueza del país.