El maíz transgénico sembrado en el Valle del Caonao no implica modificaciones esenciales de la planta ni de la mazorca, y mantiene sus valores nutritivos y el sabor, además del ciclo productivo. SANCTI SPÍRITUS.— Como parte de un ensayo de campo con maíz transgénico FR-Bt1, obtenido en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana, se plantaron tres hectáreas de este cultivo en la Finca de Semillas de la Granja Urbana, perteneciente a la Empresa de Cultivos Varios Valle del Caonao, que está ubicada en la zona de Batey Colorado, en Yaguajay.
Según detalló a Juventud Rebelde Raúl Armas, Máster en Biotecnología Vegetal en el CIGB espirituano, quien coordina el desarrollo de ese proyecto aquí, se modificó una variedad cubana del cultivo con el propósito de hacerla resistente a la Palomilla del maíz, principal plaga que afecta a la planta en el país, y conseguir su tolerancia a un herbicida para alcanzar mayores rendimientos y producciones.
La investigación, avalada por los rigurosos controles de seguridad biológica y ambiental establecidos en Cuba, se halla en fase de introducción con el objetivo de obtener semillas que permitirían posteriormente su extensión productiva para consumo humano y animal, siempre y cuando este sea aprobado por los organismos competentes.
El proyecto, encaminado a sustituir importaciones, ha precisado también la coordinación en el territorio de la Agricultura, Sanidad Vegetal y la Unidad de Medio Ambiente. Esta etapa implica la siembra de hasta 60 hectáreas en el país, distribuidas además en La Habana, Matanzas, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba.
El maíz transgénico sembrado en el Valle del Caonao a fines de diciembre no implica modificaciones esenciales de la planta ni de la mazorca, y mantiene sus valores nutritivos y el sabor, además del ciclo productivo, por lo cual se debe cosechar a fines de marzo o principios de abril.
Estas plantaciones modificadas genéticamente necesitan riego, pero pueden prescindir de las tradicionales atenciones culturales si se cuenta con herbicida. Aunque en estas primeras hectáreas espirituanas la siembra y cosecha se están desarrollando de forma manual porque se utilizará como semilla, para grandes extensiones todas las labores se realizarían mecanizadamente.
Raúl Armas precisó que el primer cultivo transgénico en el mundo se sembró en 1994, pero ya en el 2008 se estimaron en alrededor de 120 millones las hectáreas cubiertas con este tipo de plantación, fundamentalmente de soya, maíz y algodón. En el caso del maíz, a escala planetaria se calcula que ya el 22 por ciento de la cosecha se ha obtenido a partir de la Ingeniería Genética, sobre todo en Estados Unidos, Canadá, Argentina y Sudáfrica, líderes en la exportación de ese grano. En Cuba, actualmente se desarrollan otras investigaciones con transgénicos en el boniato, tomate, papa y arroz.