Intervención del compañero José Ramón Machado Ventura, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros en la Mesa Redonda “Pobreza, desigualdad, inclusión”, en la V Cumbre América Latina y el Caribe–Unión Europea
Lima, Perú, Mayo 2008
Excelencia:
La pobreza, la desigualdad y la exclusión son consecuencia de un orden mundial basado en la codicia y el egoísmo. Sólo la solidaridad y la justicia al interior de nuestras sociedades y en la relación entre los países hacen posible la inclusión.
El orden internacional vigente no sirve a los intereses de los pueblos. Es nuestro deber cambiarlo.
El hambre, el analfabetismo, el desempleo, la insalubridad que azotan a cientos de millones de personas son incompatibles con la realización del objetivo de un mundo mejor, con pleno respeto a los derechos de todos.
El principio de la soberanía no puede ser sacrificado en aras de un orden que consolida la hegemonía de una superpotencia agresiva. Unos pocos países industrializados no pueden seguir derrochando escandalosamente, mientras sacrifican el derecho a la vida y al desarrollo de miles de millones de seres humanos.
El oro, la plata y la riqueza creada con el sudor y la sangre de nuestros pueblos financió la construcción de los opulentos palacios en las metrópolis del Norte, que nos recuerdan cada día que el bienestar de unos se erigió sobre el sufrimiento dramático de los otros. Y lo más crítico es que, quinientos años después, la situación no sólo se mantiene, sino que se agrava.
El subdesarrollo y la pobreza son consecuencias de la conquista, la colonización y la esclavitud, del neocolonialismo y la dominación imperial y del actual orden mundial, egoísta y excluyente, que polariza el lujoso derroche y la pobreza extrema.
La realidad de América Latina y el Caribe es el reverso de los injustos privilegios que permiten a Estados Unidos y a los miembros de la Unión Europea sus irracionales patrones de consumo.
Europa está a tiempo de demostrar que le interesan realmente las relaciones con América Latina y el Caribe. Europa está a tiempo de honrar su responsabilidad y realizar un importante aporte a la construcción de un mundo equitativo y justo. Europa debe asumir con modestia, sin dogmatismos, solidaria y respetuosamente, sus relaciones con América Latina y el Caribe.
Europa está en condiciones de asimilar, sin mayores consecuencias para sus economías y sociedades, el impacto de decisiones que podrían ser cruciales para el desarrollo de América Latina y el Caribe.
La Unión Europea debería dar el ejemplo y cancelar la deuda externa a los países de América Latina y el Caribe. Esa deuda ya fue cobrada más de una vez.
La Unión Europea debería comenzar a reducir y finalmente eliminar los costosos subsidios agrícolas que influyen en el alza de los precios y afectan a los productores de América Latina y el Caribe.
Los llamados acuerdos de asociación no deben seguir sometidos a condicionamientos inaceptables y requisitos que desconocen las necesidades de nuestros pueblos.
Si la Unión Europea destinara a apoyar la construcción de obras sociales en América Latina y el Caribe el 10% del dinero que cada año destina a gasto militar, al menos 30 mil millones de dólares anuales podrían ser utilizados para construir escuelas y hospitales en nuestra región.
Si la Unión Europea cumpliera su compromiso de asignar el 0,7% de su Producto Interno Bruto a la Asistencia Oficial al Desarrollo, los países de América Latina y el Caribe podrían haberse beneficiado de una parte de los 40 mil millones de euros adicionales que habrían sido movilizados.
Cuba expone estos argumentos con la autoridad de un pueblo bloqueado y con escasos recursos, que ha compartido lo que tiene con sus hermanos latinoamericanos y caribeños.
Cuba tiene hoy más de 34 000 de sus mejores especialistas de salud prestando servicios a favor de la vida, en 27 países de América Latina y el Caribe. Más de un millón de ciegos o débiles visuales de 30 países de América Latina y el Caribe fueron operados gratuitamente por Cuba en los últimos 4 años.
Cuba ha formado en sus centros de estudio casi 15 000 graduados universitarios de 32 países de América Latina y el Caribe, sin robarse a uno solo, y tiene becados hoy a otros 26 000, de ellos casi 23 000 estudiando medicina.
Con el concurso de Cuba se han alfabetizado en los últimos 5 años en América Latina y el Caribe a más de 3 millones de analfabetos.
Lo que falta para alcanzar un mundo de solidaridad y justicia real para todos es voluntad política. El modesto ejemplo de Cuba lo prueba. Ese es nuestro mensaje, con respeto, pero clara y directamente, a los gobiernos de la Unión Europea.
Muchas gracias.