Acuse de recibo
Dayami Lugo Quintero (Calzada de Regla, Pasaje Terminal, entre Julio García y Reynaldo Cruz, Regla, La Habana) escribe en nombre de un grupo de familias damnificadas por el tornado del 27 de enero pasado, cuyas viviendas fueron recién construidas. Esa es la parte buena de la historia. La otra cara sí está bastante complicada: la UEB Julio Antonio Mella, de la Construcción, realizó una verdadera chapucería en la ejecución del registro sanitario ejecutado para esa comunidad de viviendas.
«Los tubos utilizados, dice, cuelgan de una loma para abajo, sin apoyarse siquiera en la tierra. Sin enterrarlos. Y para rematar, fueron entroncados en el tubo del registro sanitario de mi casa (que no fue de las recién construidas), con unas dimensiones mucho menores a las del registro central recién construido. Así, es imposible evacuar los desechos que vierte toda una comunidad, a través de unos tubos de mayor dimensión (y en bajada) en un tubo y un registro diseñado para una casa».
Se ha provocado una inundación de aguas negras, al punto de que ya no se puede vivir allí. La brigada de marras sigue trabajando a dos o tres casas de la chapucería. «Lo ven, pero no dicen nada», remarca.
Asegura Dayami que el problema fue denunciado en el Gobierno municipal y en otras entidades. «Ya son más de dos meses que esperamos porque se persone alguien interesado en solucionar el asunto. El entorno se deteriora cada día más. El jefe de la brigada y el director de la Empresa a cargo, han manifestado que el trabajo está bien hecho y ellos no cuentan con más recursos y alternativas para dar solución. Las casas recién construidas ahora permanecen inundadas de agua de fosa, que corre por toda la vecindad... No sé qué más se deparará en un breve futuro», concluye Dayami.
Orlando Olano Guevara (Calle René Ramos Latour No. 58, Las Tunas) hace pública y agradece una ejemplar muestra de honradez y profesionalidad.
Relata que el 11 de septiembre pasado su hijo viajó desde Miami a Holguín en un vuelo que llegó a esa ciudad sobre las 7:00 p.m. Y por descuido involuntario, dos maletas se le quedaron en el parqueo de Rentacar. Se percató ya a las 11:00 p.m. en casa de la familia en Las Tunas.
Decidieron a esa hora retornar al aeropuerto de Holguín, adonde llegaron sobre las 12 de la noche. Allí fueron atendidos por tres miembros del Cuerpo de Seguridad y Protección, uno de los cuales les dijo que había oído decir de dos maletas encontradas en el exterior y protegidas en el debido Departamento. Que fueran de día.
Volvieron al aeropuerto de Holguín a las 2:00 p.m., y un oficial de la Aduana los condujo adonde se habían protegido las maletas, para su identificación. Eran las de su hijo.
No pudimos conocer los nombres de quienes hicieron posible recuperarlas, refiere Orlando. Pero quisiéramos trasmitirles a ellos y a las instituciones a las que pertenecen nuestro eterno agradecimiento. Y el reconocimiento por ese gesto de honradez y profesionalidad.
«Cualquiera pudo apropiarse de ellas, porque realmente fueron abandonadas en un lugar público. Nada podía reclamarse. Por favor, publíquese, porque es la mejor manera de que se conozcan y reconozcan esos gestos y no solo las cosas negativas», concluye Orlando.
Rosa Martínez Estrada (Gómez Toro 65, Minas, Camagüey) no comprende por qué las remesas que se envían desde el exterior por medio de Correos de Cuba, solo pueden cobrarse en un correo de la cabecera provincial.
Argumenta que si ya los correos están informatizados, por qué no se descentraliza hacia los municipios el cobro de las remesas, teniendo en cuenta la difícil situación que se está viviendo con el transporte y el objetivo del Gobierno cubano de hacer menos difíciles y acercar más los trámites a la población.
¿Qué puede explicar Correos de Cuba al respecto?