Acuse de recibo
EL contrato, como categoría económica, debe cumplirse con trato consecuente y de rigor por ambas partes, ya sea si lo firma un representante de la entidad estatal o del sector privado o cooperativo. La ley no hace exepciones de acuerdo con el sistema de propiedad.
Díganme si no tiene razón con su queja Roberto Quintana Castellanos, trabajador por cuenta propia en la actividad de operador de audio, y residente en Calle 2da. No. 16, entre A y San Juan Bosco, en el reparto Santa Rosa de la ciudad de Camagüey.
Cuenta Roberto que en 2018 prestó sus servicios de audio en los carnavales de Camagüey, del 24 al 29 de junio. El contrato firmado estipulaba que el plazo para el pago era de 180 días. Todavía no lo han hecho.
Del 20 al 29 de julio del pasado año él prestó servicios en el carnaval de Santiago de Cuba, y según el contrato, había que pagarle en un plazo de 30 días. Aún no le han pagado su trabajo.
Reinaldo operó sus equipos de audio en el carnaval del municipio de Julio Antonio Mella, en la provincia de Santiago de Cuba, del 15 al 18 de noviembre. El contrato firmado establecía que debía pagársele en un plazo de 30 días. Todavía no lo han hecho.
«En todos los casos, afirma, le dan a uno la misma respuesta; que si no hay presupuesto, que si Gastronomía no ha depositado en la cuenta… Toda una justificación. Y en todos los casos, los funcionarios de Cultura o del Gobierno se molestan cuando uno se dirige a ellos para saber por qué no han pagado.
«Hasta te dicen: ¿Para qué trabajaste?, nadie te obligó a hacerlo. Tienes que esperar a que depositen el dinero, eso no es culpa de nadie. Y yo pregunto: ¿para qué sirve entonces ese contrato de trabajo, si no se cumple casi nunca por parte de ellos?
«El pago es cuando ellos quieran, y nunca en todos los casos se paga la mora por atraso. ¿Será que las familias de quienes realizamos esta actividad no viven de esto y no tienen derecho a disfrutar del dinero que ganamos con tanto sacrificio?», concluye Roberto.
¿Qué respuesta dan los respectivos gobiernos locales de esa deuda?
Reynier Nazco Leyva (Calle D No. 518, entre 15 y 16, Lawton, 10 de Octubre, La Habana) cuenta que desde noviembre del pasado año un grupo de vecinos, entre los que se encuentra, están afectados por la caída de un poste eléctrico, el cual se encuentra sujeto apenas por el techo de su propia vivienda.
Lo peor de todo es que aún no hay solución por parte de la Organización Básica Eléctrica (OBE) del municipio, a pesar de que desde un inicio contactaron por vía telefónica con esa entidad, y no se personaron de inmediato.
Añade Reynier que, pasados varios días, él se personó en la OBE. Allí fue atendido por el Jefe de Operaciones, quien le planteó que no tenían postes para sustituir, pero si él conseguía uno, se lo ponían. La otra variante de solución ofrecida fue retirar el poste y de paso también el servicio eléctrico.
Precisa el remitente que a mediados de diciembre pasado fueron los de la OBE, tomaron fotos allí, analizaron la situación y dijeron que no tenían cómo resolverla, aun cuando fueron con un poste. Pero no lo pusieron y adujeron que no sabían dónde instalarlo. Y se retiraron.
«Donde yo resido, manifiesta Reyner, hay problemas con el terreno, y en la cuadra apenas tenemos parterre para excavar y poner un poste; pero si se quita el que está partido, se puede poner el otro. Hay que destrabar ese tipo de barreras, que son sencillas, pero otros las vuelven complejas», concluye.