Acuse de recibo
El 17 de diciembre del pasado año reflejé aquí la queja de Eliécer Palma Pupo, en nombre de 40 choferes de la Base de Transporte del central azucarero Urbano Noris, en San Germán, provincia de Holguín: aún no habían cobrado el estímulo en divisas por los resultados en la anterior contienda azucarera.
Eliécer aseguraba que lo que sí no faltó fueron evasivas, y muchos se quitaban el asunto de encima. Personalmente, y hastiado de tanto esperar, el remitente se presentó en el Bufete Colectivo del municipio, y allí le recomendaron ir a la Fiscalía Municipal. Lo hizo y entonces le sugirieron que fuera a la Dirección de Trabajo en el territorio. Pero previamente Eliécer fue a ver al Director de Recursos Humanos de la Empresa Azucarera Urbano Noris, quien le dijo que «la divisa ya estaba solicitada».
La encargada de la divisa en la empresa le informó a Eliécer que en junio de 2011 se había solicitado el dinero, y llegó en agosto, pero solo 15 mil de los 24 mil CUC que debían pagarse en el Urbano Noris. Y la Base de Transporte no había alcanzado, por lo cual se volvió a solicitar en septiembre.
El pasado 28 de noviembre, cuando Eliécer escribió a esta columna, a escasos días de comenzar la nueva zafra, esos choferes seguían en las mismas.
Al respecto, el 18 de mayo pasado, cinco meses después, respondió Eduardo Larrosa Vázquez, director de Capital Humano del Grupo Azucarero Azcuba. Y transcribo la breve carta:
«Aunque el trabajador pertenece a la Empresa de Transportación y Servicios a la Mecanización (Transmec), no es la responsable del impago, por lo que el análisis se efectuó en la entidad que tenía que pagar por el servicio prestado.
«Sin justificación alguna por la morosidad, se analizó la queja y se propusieron medidas disciplinarias a los responsables del hecho: la Directora de la extinta Empresa Azucarera Urbano Noris y el Director de Recursos Humanos de esta; directores de Recursos Humanos y Económico de la Empresa Azucarera Holguín; y ex director de Recursos Humanos del extinto Grupo Agroindustrial Azucarero Holguín.
«En estos momentos, cuando respondemos esta queja, ya los trabajadores recibieron el pago de estimulación en divisas, y se adoptaron todas las medidas organizativas correspondientes para evitar que un hecho lamentable como este vuelva a ocurrir».
La escueta misiva de Larrosa no permite profundizar en las razones del «lamentable» hecho. ¿Qué sucedió? ¿Por qué un colectivo de trabajadores que se ganó el estímulo en divisas aún no lo había cobrado cuando ya se aprestaba a realizar la próxima contienda?
El otro elemento informado al paso, con bastante vaguedad, es la responsabilidad de quienes dilataron tanto el pago y crearon tamaña incertidumbre en los trabajadores. ¿Cuáles fueron las medidas disciplinarias no precisadas, por desestimular tanto tiempo a obreros que, con su transportación, garantizan la zafra?
En medio de la publicación de la denuncia y la llegada de la respuesta, se produjo la reestructuración que convirtió al Ministerio del Azúcar en el Grupo Azcuba. Pero aun así, la respuesta fue bastante demorada.
La respuesta de una institución a una queja pública de un colectivo de trabajadores en un periódico, nunca debería quedarse por debajo de las expectativas que crea la denuncia. Lo esencial es el análisis que se derive de los «porqué» y los «cómo» del desaguisado. Si tuviéramos todos esos elementos, y las medidas organizativas y profilácticas que se toman al respecto, podríamos confiar en que un error como este no se va a repetir.
Con el mismo respeto y facilitación con que encauza las quejas de ciudadanos, colectivos y comunidades, esta columna concede el espacio y la aquiescencia siempre a los organismos, instituciones y entidades, para que proyecten sus mensajes, con la mayor claridad y argumentación. De ellos depende que lo sepan aprovechar.