La estructura ubicada en el lóbulo frontal del cerebro interviene en la regulación de funciones autónomas e influye en los estados de tensión y placer
El área septal, estructura ubicada en el lóbulo frontal del cerebro, juega un papel clave en procesos asociados al miedo, el placer, la agresividad y otras emociones, según han revelado recientes avances en las neurociencias.
Entre las funciones de los núcleos septales están la regulación de comportamientos sexuales y la modulación de funciones autónomas, como el equilibrio o el nivel de alerta, además de influir en otras estructuras responsables del aprendizaje a partir de la propia experiencia, como el hipocampo y el giro dentado.
Al actuar sobre el sistema límbico, el área septal consigue disminuir la tensión de la mente, reduce el estrés y modula sensaciones placenteras asociadas a diferentes procesos cognitivos como la motivación, la emoción o la memoria, propiciando el estado de quietud y equilibrio; pero si se sobrexcita, genera intensas respuestas de placer adictivo que inducen a repetir la experiencia una y otra vez, aunque sus consecuencias posteriores sean negativas.