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El Toque. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 10/12/2025 | 12:39 am
«Esta denuncia que hacemos es una parte imprescindible del reto que tenemos por delante nosotros como cubanos. Debemos volcarnos a lo más importante, que no es El Toque, sino el trabajo, la producción, la eliminación consciente y responsable de trabas absurdas en este momento en el que nos encontramos, para que jamás pueda verse comprometida nuestra soberanía y jamás pueda confundirse el camino que debemos seguir para una mejor economía».
Así expresó el periodista Humberto López Suárez en la tercera emisión televisiva de Razones de Cuba, dedicada a analizar el fenómeno de la plataforma digital «independiente» El Toque y sus consecuencias, en la que insistió en que «debemos esforzarnos por nuestros profesionales que se lo merecen, que tienen que vivir mejor; nuestros jubilados, que dieron lo mejor de sus años por este país y están aquí y aquí se van a morir. Debemos hacerlo por nuestros hijos, niños y jóvenes que tienen que soñar con vivir en este país y construir aquí en Cuba su futuro, que será también construir un país mejor, una sociedad más próspera y una sociedad más justa».
Como invitados, asistieron Raúl Antonio Capote Fernández, exagente de los órganos de la Seguridad del Estado de nuestro país; el Doctor en Ciencias Matemáticas Raúl Guinovart Díaz y el Doctor en Ciencias Económicas Ayuban Gutiérrez Quintanilla, vicepresidente primero de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.
Capote Fernández comentó que, tras la publicación de rostros y nombres de 18 personas que estaban involucradas en las turbias redes de El Toque, ocurrió una especie de estampida. «Muchas personas, residentes en otros países, no tienen ni siquiera lista la documentación de sus procesos migratorios y ante el temor de que
puedan enfrentar un proceso penal, muchos se presentan».
No pocos expresaron que en esa lista divulgada existían errores, pero Capote enfatizó en que no es así porque está comprobado quién es quién y a qué se dedicaba, e incluso aquellos que ahora no son parte de El Toque no quedan exentos de la responsabilidad en relación con las cosas que hicieron.
Abundó sobre Filomena, seudónimo de Gretel Valladares Carbonell, residente ahora en Ecuador, quien se ocupaba de la economía, de manejar los fondos de la organización.
Otro supuesto «error» es el de haber incluido a Enrique Torres Zamora, pero quedó demostrado en el espacio televisivo que fue el community manager durante mucho tiempo. Esa plaza actualmente la ocupa Katia Sánchez Martínez, proveniente del proyecto personal Penúltima casa, residente en Estados Unidos, también trabajadora en ese perfil en la Embajada de ese país en el nuestro.
Capote Fernández profundizó en torno a los cuatro directivos de El Toque: Analidia García Hernández, «el cerebro»; José Hassan Nieves, el jefe visible que hace declaraciones tácitas sobre la adquisición de dinero procedente del Gobierno estadounidense; Alejandro Ulloa, el hombre que acomoda y apoya cualquier actividad que José Hassan realice y Eloy Viera.
Solicitó López Suárez analizar un artículo publicado en El Toque, referido a las advertencias de los científicos cubanos en torno al dengue y otras arbovirosis, en el que citan fuentes de la Universidad de La Habana como al Doctor en Ciencias Matemáticas y quien fuera decano de la Facultad de Matemática y Computación entre los años 2013 y 2022 Raúl Guinovart Díaz. De él, recordaron, emergieron análisis intensos a partir del desarrollo de modelos matemáticos para la predicción de la COVID-19 en Cuba.
Gutiérrez Quintanilla dijo que lleva tiempo analizando el comportamiento de los datos de El Toque: la estimación de precios y de tasas de cambio, entre otras variables económicas que están recogidas en algoritmos que son complejos, macroeconómicos, estadísticos, probabilísticos, aleatorios.
«Imaginé que el algoritmo que se utilizaba para determinar la tasa de cambio era sofisticado y, en realidad cuando empiezo a estudiar ese fenómeno por curiosidad, me sentí decepcionado, porque utilizan un concepto muy elemental, primario en la enseñanza de las estadísticas, que es el concepto de la mediana, y además es el único que emplean.
«La otra cuestión es que los algoritmos computacionales también tienen una gran simplicidad, porque se trata solamente del ordenamiento de una lista, y entonces comprendí que ha sido burdo el engaño al que sometieron a los cubanos», agregó.
Para comprender mejor, el económico explicó que la mediana es una medida de tendencia central que se utiliza en Estadística, a partir de un conjunto de datos. «Estos se ordenan de menor a mayor y el punto central de los datos consiste precisamente en la mediana de ese conjunto de datos. No toman en cuenta ninguno de los algoritmos ni las variables macroeconómicas que son importantes de referenciar y validar para poder tomar una decisión».
Guinovart Díaz, desde su disciplina, coincidió con el economista, y acotó que los modelos que utilizan son en extremo simples, desde el punto de vista de la metodología matemática hasta el punto de vista computacional. «Eso lo hace vulnerable a manipulaciones».
Ambos detallaron el proceso mediante el cual hoy la tasa de cambio exhibe un número y mañana otro, de una manera tan ligera como emplear datos de mensajes —incluso repetidos— de distintas redes sociales como Facebook, WhastApp y Telegram, en las que existen grupos creados, dedicados a compra y venta, de distintas partes del país.
Evidenciaron que hay una manipulación burda de la estimación de la tasa de cambio utilizando esta vía, pues el algoritmo que utilizan toma los valores a conveniencia para establecer la tasa, y en realidad, buscan, seleccionan, incitan, crean las publicaciones con los valores que necesitan para calcular la tasa que ellos quieren imponer.
López Suárez destacó que, en muchas ocasiones, apelan a la llamada economía conductual o profecía autocumplida, a partir del anuncio de que la tasa aumentará, y eso incide en que las personas lo tomen como referencia, y por eso suben o bajan los valores a una velocidad desmedida. La consecuencia es la que se palpa en la cotidianidad de los cubanos.
