C.M.: Acabo de salir de una relación que me ha dejado traumatizada. Demasiado pronto me fui a vivir con un muchacho que parecía enamorado y resulta que en la convivencia casi no hablaba conmigo. Al hacer el amor iba directo a la penetración, sin romance antes o después. No me puedo explicar qué sucedía. Estoy segura de su fidelidad. ¿Cómo pudo suceder? Tengo 18 años.
En los vínculos humanos no hay reglas universales. A excepción del término «pronto», no mencionas razones para ese silencioso modo de relacionarse.
Luego, habría que intentar comprender si hubo algún modo de actuar de tu parte que contribuyese a tal ausencia de romance, aun cuando solo se trate de haber permitido tal estilo de amor sin mencionar tu disgusto.
Por otra parte, en la actualidad muchos adolescentes se saltan la etapa de romance para entrar en lazos de convivencia cuya dinámica es diferente. Al enamorar hay tiempo para cultivar el disfrute, descubrir fantasías, encontrar puntos polémicos, modos de sobrellavar conflictos…
Compartir el tiempo libre en el hogar representa para muchos seguridad, pero también rutinas, pérdida de paseos y conversaciones.
Esto es un riesgo para cualquier relación, pero puede ser más grave para adolescentes en un amor que nace. El tiempo para enamorar es tan necesario como el juego en los niños. El futuro se gesta con ese «juego» inicial.