M.P.: Estoy con una mujer casi 30 años más joven. Mientras la acaricio y juego, me excito plenamente. Pero no logro proseguir con la penetración. Necesito consejos. Hace mucho que no tengo pareja. Tengo 69 años.
Jugar pudiera ser diferente a penetrar. Más aún después de tanto tiempo a solas. Tejer un lazo con «penetración» al cuerpo y el alma puede requerir otros pasos previos. Pudiera encontrar otro modo de actuar con lo que usted «se juega» en ese intento de penetrar un cuerpo femenino más joven.
Si logra el disfrute pleno en otras circunstancias, podemos inferir que su organismo no tiene dificultades y lo logrará eventualmente. De no ser así, debe acudir al médico para identificar el problema que le impide ir más allá.
Tal vez se rompe el encanto sensual cuando al penetrar se pierde la imagen, la posición, aparecen ideas que perturban o siente alguna incomodidad. En esos casos habría que encontrar el modo de prolongar algo de esas caricias y juegos excitantes mientras se compenetran más.
En los inicios, las parejas tropiezan con estas y otras barreras. Cuando hemos vivido mucho tiempo solos, cuesta salir de los muros de nuestra mente para disponernos al encuentro con la diferencia, lo inesperado y sorprendente. Son muchas las cuerdas que cuerpo y alma van soltando para enlazarse a otra persona. Las diferentes edades, razas, culturas, sustratos sociales, sexo, se suman a esos modos de amar, sufrir y expresarse de los cuerpos que se encuentran. Se irán inter–penetrando, en un sentido amplio, sin llegar a ser imagen y semejanzas de sus sueños.
Puede ir a una consulta de sicología para que lo aconsejen más, según el diagnóstico que puedan hacer de su situación.