L.L.: Tengo una relación hace 11 meses y hasta ahora todo va excelente. Ella tiene dos niños maravillosos. Yo no tengo y me gustaría mucho tenerlos, pero está ligada. Yo tengo 30 años y ella 35. No quisiera que la relación termine porque yo quiera tener hijos y ella no me los pueda dar. ¿Qué me aconsejaría usted?
Lo primero que habría que determinar es si ella también desea tener otro hijo con usted. Tal vez cuando se realizó la ligadura tenía claro que no quería más hijos. Es importante que cada niño sea deseado de un modo particular por ambos padres para su constitución subjetiva.
Si ella considerase su propuesta, podría valorar la idea de deshacer esa ligadura. Serían los médicos quienes tendrían la posibilidad de definir al respecto.
En caso de que ella determine no tener otro hijo, será usted quien deba tomar una decisión. ¿Está dispuesto a renunciar al sueño de la paternidad por el amor a ella? ¿Podría asumir la función paterna con los hijos de ella, a pesar de no ser el padre biológico?
Tanto lo erótico de la intimidad, los vínculos amorosos o la reproducción que implica ser madres o padres como nuestra sexualidad, representan modos de satisfacción entrañables; de manera que renunciar a uno u otro tiene una connotación de pérdida. Aun eres joven; tienes la oportunidad de reflexionar con detenimiento sobre aquello que resulta más importante para ti.
Devenir madre o padre es más que reproducirse biológicamete. Implica además desear, fantasear con un proyecto para los hijos, amarlos, perseverar a pesar de las dificultades, crear un lazo profundo a través del tiempo aun con las contradicciones propias de la vida. Por eso hay muchos niños adoptados que nunca olvidan a ese ser que asumió su formación como un verdadero padre o madre, aunque no fue su progenitor. Es cierto que, en su caso, dependerá también del consentimiento de su compañera a ocupar ese lugar.