A. N.: Hace siete años estoy con un muchacho de 27 años y tenemos una niña de cuatro. Nuestras relaciones sexuales son diarias y si él está en la casa puede buscarme hasta dos o tres veces. Le pregunto si se queda con deseos porque no le gusto y me responde que por el contrario, le gusto mucho. Yo me siento bien con él, pero tengo esa duda y les agradeceré mucho si me la aclaran. Tengo 32 años.
El placer orgásmico impone un límite, especialmente en los hombres; pero ello no significa que el deseo se sacie por completo. Suele haber una distancia entre la satisfacción que se experimenta y la que se anhela. De modo que si se tienen la capacidad física y la oportunidad, se busca repetir el encuentro amoroso con quien nos complace. No obstante, hay personas que vuelcan parte de su deseo en otras tareas cotidianas, otras fantasean y así se perfilan muchas diferencias entre unos y otros.
Sí, se queda con deseos. Desea repetir algo de lo que encuentra contigo. Él podría buscar a otra persona o autocomplacerse, pero vuelve a ti. Entonces llama la atención que creas que te vuelve a buscar para disgustarse. ¿Cuál es el problema para ti? ¿Por qué prefieres pensar que no le gustas? ¿Qué más podría estar sucediéndote?
El amor no impide que algo falte, desencaje y rompa con la imagen idílica que tenemos de la pareja. Es común que hagamos al otro responsable de nuestro malestar y alimentemos la peor tormenta.
Tal vez no desees repetir el encuentro íntimo con la misma frecuencia. Quizá las responsabilidades cotidianas y la atención a una niña pequeña resulten extenuantes. En ese caso podrías hablar del tema y negociar con él según tu disposición; aunque eso entre en conflicto con tu deseo de ser quien realice sus sueños.
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