K. E.: Tengo un novio y llevamos un año de relación, pero cada vez que intimamos eyacula precozmente. Él se inquieta y se siente mal por eso. A mí me preocupa que afecte nuestra relación porque nos queremos y gozamos de una maravillosa comunicación y confianza. Él siempre me lleva al punto de éxtasis recurriendo a otros métodos. Dice que no me quiere dejar insatisfecha, pero sé que lo hace para complacerme y se siente mal por lo que le sucede. Quiero ayudarlo, porque es una persona maravillosa y no deseo que se sienta mal por este tipo de cosas que pueden ser solucionables.
Tienes un problema en hacerle creer que tu éxtasis llega a su tiempo preferentemente por sus otros métodos, como a él también le llega a su manera. Se infiere que ambos terminan con su disfrute orgásmico y con estimulaciones particulares. Sin embargo, resulta difícil aceptarlo al compararse con un ideal de coito.
Tal vez sea oportuno esclarecer lo que a cada uno en verdad le molesta, lo que a cada uno en verdad le gusta. Todos tienen una manera muy singular de experimentar placer mientras aman, que no siempre se ajusta a lo esperado.
Ustedes dicen sufrir por el otro allí donde aquel no se queja, pues a ti te preocupa más que se afecte la relación y a él, más que su rapidez, tu satisfacción sin su órgano viril. Existen múltiples técnicas empleadas por psicólogos y terapeutas sexuales para eliminar disfunciones, de las cuales podrían beneficiarse. Sin embargo, cabría preguntarse el sentido de toda esta situación para ustedes, que al parecer atraviesa el coito hasta poner en riesgo la relación, que goza de esa maravillosa comunicación y confianza.