A. A.: No soporto más la angustia que estoy viviendo y necesito la ayuda de ustedes, porque no tengo con quién desahogar mis penas. Hace siete meses comencé una relación con un hombre casado y ahora me dice que quiere terminar. Primero estuvo distanciado por enfermedad, pero luego por teléfono me comunicó su decisión, debido a que su esposa supo de lo nuestro. No se atrevió a decirme en la cara que le gusto y que tal vez un día tenga algo formal conmigo. Sabía que esto iba a ocurrir y me dejé llevar. No sé si creer en lo que me dice o si en verdad le gusto y esperar por si un día decide volver.
Volverá tu oportunidad de amar, de ser elegida con evidencias de que en verdad gustas a tu hombre. Te dejaste llevar, pero no tanto por él como por tu deseo de disfrutar gustándole a otro que cumple con ciertas condiciones necesarias para hacerte vibrar. Con otro también podrás dejarte llevar y volverá sin hacerte esperar tanto, porque le gustes a tal punto que decida amarte y defienda su apuesta contigo.
Sin embargo, debes advertir que al dejarte llevar aceptaste ser la otra mujer que espera. En esta elección se puede soñar con ser la que en verdad colma a ese hombre. Esta competencia imaginaria podría llevarte a consentir a la seducción de otros hombres casados, con el riesgo de que ellos decidan retornar con la versión opuesta, al elegir a aquella que creías superar.
La angustia nos recuerda que hemos quedado separados de una escena de nuestro sueño de satisfacción. Es una señal a la cual debemos prestar atención. ¿Con qué sueñas tú? ¿Qué necesitas para volver a dejarte llevar?
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista.