Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Pregunte sin pena

Autor:

Mariela Rodríguez Méndez

M.G.: Terminé una relación de nueve años por dificultades con la convivencia en su casa y no se decidía a tener hijos (ya tiene 37 y yo 44 años) por su sueño de viajar y el temor a perder su belleza. A lo largo de la relación tuvimos sexo en trío con cuatro amigas suyas. Ella me lo propuso. He tenido sexo con otras muchachas después de la separación, pero me persigue aquella fantasía. ¿Qué hacer para no vivir obsesionado con esa fantasía sexual tan fuerte?

La cuestión es cómo seguir viviendo sin la certeza de realizarla nuevamente. No es común conciliarlo todo en una mujer. Siempre falta algo en la vida en pareja. Elegimos con qué vivir y con qué soñar. Más importante es continuar sin esta mujer con quien tenías un vínculo especial a pesar de no estar comprometida totalmente contigo. Romper una relación significativa es doloroso por muchas razones. Perdemos un proyecto de vida, la mirada que nos retroalimenta, múltiples placeres enlazados a un estilo de vida con todo un sistema de actividades y relaciones.

Aun cuando estamos convencidos de la necesidad de terminar una relación, nos vemos atrapados en un proceso de duelo. Duele aceptar las pérdidas y se hace difícil volver a empezar. Pero es este un recorrido necesario para que en algún momento puedas dejar entrar a tu vida otra mujer a quien amar tal como es. Entretanto, has de evaluar si en verdad quieres terminar con esta sacrificando en ello tu proyecto de familia. Unas u otras fantasías nos persiguen siempre. Ese fantasma te acompañará por un tiempo.

Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica, consejera en ITS y VIH/sida y psicoanalista.

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