Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¿Listas para la menarquia?

Lo adecuado es fomentar un ambiente en el cual la niña se sienta cómoda haciendo preguntas, y también los varones que estén al tanto en la familia, para normalizar el asunto

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

De vez en mes la luna nueva / viene a quitar lo que renueva /

y a colocar otra ilusión.

Ricardo Arjona

Preparar a las niñas para su primera menstruación (menarquia o menarca) es esencial para ayudarles a vivir esta experiencia de manera positiva, sin vergüenza ni temor.

Lo primero es propiciarles un conocimiento gradual sobre el cuerpo y sus cambios, con información adecuada a su edad y nivel de comprensión, y hacerles ver la menstruación como un proceso natural y saludable, esencial para la reproducción e inherente a su condición de mujer.

Como es lógico, esta situación generará dudas e inquietudes. Lo adecuado es fomentar un ambiente en el cual la niña se sienta cómoda haciendo preguntas, y también los varones que estén al tanto en la familia, para normalizar el asunto.

Nos toca sobre todo contrarrestar mitos o malentendidos, como que la menstruación limitará sus actividades físicas o sociales, afectará su apariencia o le impedirá relacionarse con otras personas.

Tanto varones como niñas pueden comprender que la mujer tiene útero, cuyo revestimiento interior se desprende cada tres o cinco semanas, si no hay embarazo, en un ciclo natural que dura entre tres y siete días, y aunque involucre pérdida de sangre no es un problema ni una enfermedad.

También es importante hablar de las posibles molestias, como cólicos, sensibilidad en los senos, hinchazón, cambios hormonales y emocionales, acné e irregularidades del ciclo… sin estigmatizarlos ni convertirlos en tragedia.

De hecho, esas manifestaciones no son iguales para todas y pueden paliarse con ejercicios (el yoga es magnífico) y una alimentación adecuada en esos días, que compense y no agrave la situación.

Asimismo, deben entrenarse a las niñas para una correcta higiene menstrual, y darles a conocer las diversas técnicas (almohadillas, tampones, copas) y el momento adecuado de emplear cada una, así como el valor del lavado de las manos y la vulva antes y después de manipular esos productos.

En la práctica, a medida que el momento se acerca, lo adecuado es proporcionarles un kit menstrual, ropa interior de repuesto y toallitas húmedas para que lo lleven a la escuela o a cualquier paseo lejos de casa.

Tanto antes, como durante y después de la primera regla, la púber necesita acompañamiento para validar sus emociones, así sean de entusiasmo, miedo o pudor, y recibir un refuerzo positivo, para que entienda que se trata de un signo de su desarrollo que debe recibirse con alegría e ilusión.

Junto a la menarquia habrá cambios corporales que necesita conocer y esperar, como crecimiento de los senos, aumento del vello corporal y cambios en la piel. Este momento lleva elogios y no confusas expresiones contradictorias, como lástima o miedo porque la niña «se hace mujer».

Una vez iniciados sus ciclos menstruales es imprescindible hablar de salud reproductiva, para que entiendan las posibles consecuencias de cualquier relación coital o juego sexual sin protección. Es importante aclarar que menstruar no significa estar lista para iniciar las actividades sexuales. Necesita, además,  madurez sicológica, emocional y física para evitar embarazos o infecciones de transmisión sexual.

Por supuesto, este proceso de preparación estará matizado por la comprensión del tema que alcancen sus adultos significativos, en quienes depositará su confianza. Aunque los medios de comunicación y las redes sociales influyen en el conocimiento del fenómeno, su dimensión cultural es muy particular en cada familia según los saberes, tabúes, visión religiosa o la experiencia de otras mujeres del entorno.

En cualquier caso, es útil obtener diferentes perspectivas sobre el tema y apoyarse en recursos educativos, como libros, videos, aplicaciones y guías para explicar la menstruación de manera visual y comprensible, además de entrenarles para llevar un calendario, a lo cual ayudará involucrarlas en el manejo del ciclo de las amigas, primas y otras mujeres cercanas que empleen tan valioso instrumento.

Esta conversación debe mantenerse a medida que la púber crece y experimenta más ciclos menstruales, pero no tiene sentido a estas alturas esperar a llegar a la menarca sin hacerla entender qué es la menstruación ni cómo manejarla. Prepararla bien garantizará que sea una experiencia menos intimidante, y la ayudará a vivir este cambio sin ansiedad ni aislamiento.

Hay malestares asociados a la menstruación, como náuseas, dolores de cabeza y fatiga, que no necesariamente le «tocan» a todas, sobre todo en las primeras edades, por eso es importante prepararlas para una vivencia única y variable a lo largo de la vida.

De igual modo, hace falta alertarles sobre las burlas en entornos escolares o comunitarios, para que aprenda a lidiar con la falta de sensibilidad de algunos compañeros y no le dé demasiada importancia a las manchas u otros imprevistos.

A medida que crezca sus ciclos serán más regulares, pero al principio son comunes los atrasos y cambios de volumen, y los olores a los que no estaba acostumbrada.

También hay que insistir en que no todas las amiguitas llegarán al mismo tiempo, y eso es normal. Precoz o atrasada, su menarquia será única, y bien vale la pena celebrarla en familia como la entrada a una etapa deseable de su vida, algo íntimo de lo que no debe sentir culpa ni pavor al hablar.

De las redes

Una lectora adolescente nos compartió esta carta hermosísima de José Martí a María Mantilla, la hija afectiva que dejó en Nueva York cuando regresó a luchar por Cuba en 1895. Ella se pregunta por qué tantos padres de hoy no hablan así a sus niñas, no las preparan para la vida de ese modo resiliente, digno, amoroso. ¡Publíquela!, nos pide, y con gusto la complacemos: 

Y mi hijita ¿qué hace, allá en el Norte, tan lejos? ¿Piensa en la verdad del mundo, en saber, en querer, —en saber para poder querer,— querer con la voluntad, y querer con el cariño?

¿Se sienta, amorosa, junto a su madre triste? ¿Se prepara a la vida, al trabajo virtuoso e independiente de la vida, para ser igual o
superior a los que vengan luego, cuando sea mujer, a hablarle de amores, —a llevársela a lo desconocido, o a la desgracia, con el engaño de unas cuantas palabras simpáticas, o de una figura simpática? ¿Piensa en el trabajo, libre y virtuoso, para que la deseen los hombres buenos, para que la respeten los malos, y para no tener que vender la libertad de su corazón y su hermosura por la mesa y por el vestido? Eso es lo que las mujeres esclavas, —esclavas por su ignorancia y su incapacidad de valerse,— llaman en el mundo «amor».

Es grande, amor; pero no es eso. Yo amo a mi hijita. Quien no la ame así, no la ama. Amor es delicadeza, esperanza fina, merecimiento, y respeto.

Encuentros

A pesar del frío, nos divertimos y aprendimos recursos para hablar de sexualidad con menores en el ecotaller del sábado pasado. Agradecemos a la cafetería La d’Almendares por el espacio y la acogida, y por el cuidado que ponen en mantener hermoso ese espacio verde de la ciudad.

En febrero tenemos dos invitaciones especiales: el viernes 14 a las 10:00 a.m. en la Finca Vigía, San Francisco de Paula, celebraremos el día del amor y la amistad con nuestra sicóloga Mireya Beltrán como anfitriona, y la peña del tercer miércoles en el muelle de Luz, a las 5:00 p.m., con el tema de lo mejor y lo peor que nos pasó en la vida amorosa y erótica, con el cual construiremos un podcast sobre ese escabroso y divertido asunto. Escribe al 52164148 para conocer detalles y sumarte a las redes de nuestra plataforma Senti2Cuba.

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