Los amores cobardes no llegan ni a amores ni a historias (…) .Ni el recuerdo los puede salvar; ni el mejor orador conjugar… Silvio Rodríguez, cantautor cubano
Muchas veces creemos encontrar a la persona perfecta para una relación a largo plazo, y aunque de ambos lados hay gusto y admiración, algo no «cierra» en esa historia, pero no podemos definir qué nos acerca y aleja sin cesar.
Amas, te aman, y aún no es suficiente. Pasan semanas, meses, incluso años, y sigues esperando un vínculo mayor. Y no hablo de papeles legales, sino del intercambio cotidiano, de ese «estar» en la vida del otro de una manera sana y feliz.
«Pareja es pareja, todo o nada», escribe una lectora insatisfecha, pero otros, por el contrario, sienten que ese todo limita sus planes: no saben qué hacer con tanta oferta (o demanda) emocional, y no saben cómo explicar, sin herir, que no están viendo la vida desde el mismo ángulo, o no es eso lo que necesitan en esta etapa de sus vidas.
Casos como el de ella llevaron al sicólogo estadounidense Robert Sternberg a desarrollar su teoría triangular del amor, basada en tres componentes y siete tipos de parejas según la combinación de los primeros.
La existencia de cada tipo, e incluso la transformación de uno en otro, depende de la madurez, la experiencia, las circunstancias sociales y familiares, los proyectos personales, la voluntad de defender la relación. En cualquier caso, ninguno es eterno o irreversible.
Y tú, ¿en cuál ves reflejadas tus historias?
Intimidad: sentimiento de cercanía, conexión, confianza entre ellos, amistad y afecto.
Pasión: excitación o energía de la relación; atracción física, impulso o necesidad de estar con la otra persona.
Compromiso: Decisión de seguir a pesar de los altibajos; aferrarse a momentos vividos, la historia común.