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Éxtasis doloroso

El Síndrome de la enfermedad postorgásmica (POIS, por sus siglas en inglés) es un extraño trastorno que afecta exclusivamente al sexo masculino

Autor:

Aileen Infante Vigil-Escalera

                                                                                                                                                                                                No todo lo que brilla es oro

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Para cientos de hombres en el mundo la experiencia del orgasmo está lejos de ser placentera. Su responsable: el Síndrome de la enfermedad postorgásmica (POIS, por sus siglas en inglés), un extraño trastorno que afecta exclusivamente al sexo masculino con síntomas que van desde la fatiga y la fiebre hasta la diarrea, una vez alcanzado el éxtasis.

Según BBC Mundo, la enfermedad fue descubierta en 2002 por el holandés Marcel Waldinger, neurosiquiatra de la Universidad de Ultrecht y director del Departamento de Neurosexología del Hospital de Leyenburg, en La Haya, Holanda.

Aunque hasta el momento Waldinger ha logrado identificar a un poco más de 200 pacientes, señala la posibilidad de que el POIS sea más común de lo que se piensa debido a que, como tendencia, muchos hombres se abstienen de reconocerlo debido a la vergüenza y confusión que les genera. Otros tantos, agrega, ni siquiera saben que lo padecen.

Y es que, hasta la fecha, quienes lo sufren refieren tanto problemas mentales (confusión, alteraciones del estado de ánimo, generalmente irritabilidad y falta de atención), como efectos físicos (dolores musculares, debilidad de la musculatura, diarrea, escalofríos, congestión nasal, fiebre, ardor en los ojos y fatiga).

Entre los atendidos por el médico holandés y con un 85 por ciento de incidencia, la fatiga extrema, dificultades de memoria y problemas de concentración se destacan como los síntomas más comunes después del orgasmo (segundos, minutos o pocas horas tras la eyaculación) o que perduran durante un período que puede ir de dos a cinco días.

Orígenes del antiplacer


Entre las posibles causas del problema recientemente reconocido por la Asociación Nacional de Enfermedades Raras, se destaca una posible alergia al propio semen o a una desregulación a nivel neurobiológico.

Estudios demuestran que en algunos pacientes este trastorno ha estado presente durante toda la vida (POIS primario), mientras que en otros se ha ido desarrollando con el tiempo (POIS adquirido), lo cual lleva a creer que también podría tener una base sicológica.

En el más reciente avance del estudio, realizado el pasado año con 45 hombres que presentan esta enfermedad, se desarrollaron nuevas teorías sobre la raíz de su origen. Ahora se ha agregado a la lista una reacción autoinmune al plasma seminal que se cree podría tratarse con inyecciones regulares de semen diluido. Otro par de teorías incluyen como posible causa una disfunción de la glándula pituitaria y deficiencia de testosterona, según el tercer y más reciente informe de Waldinger.

También Barry Komisaruk, director del Programa de Investigación Biomédica de la Universidad de Rutgers, en Newark, Estados Unidos, experto en respuestas neuronales a estímulos sexuales, empezó en 2012 su propia investigación sobre el síndrome de la enfermedad postorgásmica.

Su hipótesis gira en torno a una posible atrofia del nervio vago (nervio craneal que envía impulsos a casi todos los órganos del cuerpo), ya que muchos de los síntomas descritos son mediados por esa estructura.

Ante tantas suposiciones, la disparidad de los síntomas detectados hasta el momento y el desconocimiento que aún existe en torno a la afección, el único tratamiento que parece funcionar es la abstinencia… Razón de más para prestarle atención a cada pequeño detalle que pueda arrojar luz sobre este curioso síndrome.

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