Lo que a todas luces es un timo total, se disfraza hoy como un negocio legal que pretende vender a sus consumidores celulares plegables al precio más barato, e imposible, del mercado
Roberto de Jesús Escobar Gaviria es un criminal en toda regla. Él mismo lo reconoce en un libro que ha titulado Hice millones vendiendo coca. Ahora mis smartphones destruirán a Apple y Samsung, y el cual forma parte de un timo que quizá ha pasado inadvertido para los grandes medios, pero no para los consumidores que desde hace meses esperan por algo que, parece, nunca tendrán: un teléfono plegable.
Esta historia empieza a finales del pasado año, cuando el hermano del tristemente célebre narcotraficante y asesino Pablo Escobar, apareció en el mundo de la tecnología con un teléfono plegable llamado Escobar Fold 1. El modelo presentado es muy similar al Royole Flex Pai, un celular plegable que sorprendió a todos en 2019. Sin embargo, el Escobar Fold 1 vino con un atractivo singular: un precio de solo 399 dólares —sus competidores sobrepasan los 2 000.
No se sabe a ciencia cierta cuántas personas habrán ordenado uno de estos terminales, pero lo cierto es que casi ninguno lo recibió. Parece, no obstante, que el teléfono existió, a juzgar por algunas presentaciones que del equipo hicieron varios youtubers.
La historia prosigue en febrero de este año, luego de que Escobar Inc., la empresa de Roberto, apareciera con otro teléfono, el Escobar Fold 2. Y, de nuevo, su diseño recordaba demasiado al Galaxy Fold, de Samsung, además de que llegó con el mismo anzuelo del primero, un precio de 400 dólares.
Lo cierto es que, así como sucedió con el Escobar Fold 1, ocurrió con el segundo, y casi ninguno de los clientes que lo compró ha recibido un terminal. Hasta aquí, pareciera que el timo es simplemente vender algo que no existe, pero estamos ante una saga que todavía no tiene fin.
Marques Brownlee es un influyente youtuber que se dedica a hacer análisis de equipos electrónicos, especialmente celulares. Fue él quien destapó la caja de pandora de Escobar Inc. al publicar un video el pasado 10 de marzo en el que explicó cómo había ordenado sus dos modelos y nunca recibió ninguno.
Según Marques, tuiteó al respecto del timo, y al día siguiente, «por casualidad», al llegar a casa tenía un Escobar Fold 2 en su puerta. En el video el joven desempaqueta el teléfono, el cual muestra la imagen de Pablo Escobar como fondo de pantalla, y tiene una clara pegatina dorada alrededor de su carcasa.
Brownlee procede entonces a remover la pegatina, para descubrir que debajo de ella está el logo de Samsung, lo cual confirma sus sospechas acerca de que el Escobar Fold 2 no es más que un Galaxy Fold.
Todavía más curioso es que Brownlee recibió un correo electrónico en el cual Escobar Inc. le aseguró que, al no poder entregarle el primer modelo, lo habían «favorecido», como cliente, con su segundo terminal. ¿Y el dinero del primero? Marques no cree que nunca lo vaya a recibir de vuelta.
No fue este el único youtuber que recibió un ejemplar del Escobar Fold 2. Unbox Therapy, entre otros canales de creadores dedicados a analizar tecnología, fueron merecedores del Galaxy Fold camuflado, una movida que es un claro movimiento de mercadotecnia por parte de la compañía de Roberto Escobar.
Si todavía no ha llegado al límite del asombro ante este fraude, puede visitar el canal de YouTube de Escobar Inc., en el cual encontrará una agresiva y machista campaña de marketing para promover sus terminales. Entre los videos aparece uno en el cual son destruidos numerosos teléfonos Samsung, ya que el dueño de la compañía asegura que acabará con el fabricante sudcoreano.
La campaña de marketing es, además, muy sexista. Todos los videos exhiben a mujeres jóvenes en bikinis, con poses muy provocativas. Roberto Escobar declaró a varios medios que diseñó así esa campaña «porque todos quieren ver mujeres bonitas».
Pero la cuestión va todavía más allá. Por un lado, y en una clara búsqueda de atención mediática, Roberto Escobar demandó a Apple recientemente al alegar que un fallo de seguridad en su iPhone X casi acabó con su vida, reportó la publicación TMZ.
Según la demanda, un misterioso hombre llamado Diego fue capaz de averiguar la dirección de Escobar a través de una llamada de FaceTime. Después, Diego comenzó a enviar cartas amenazantes a su casa, forzándole a mudarse a otra residencia.
Escobar afirma que el traslado le causó mucha angustia emocional y terminó costándole mucho dinero. También alega que ha tenido que contratar seguridad adicional debido a las continuas amenazas a su vida.
Esta demanda es de 2 600 millones de dólares, cifra que todavía no alcanza el plan de Escobar, quien declaró a finales de 2019 que pretende interponer otra querella a la compañía de la manzana por 30 000 millones de dólares, ya que considera que venden «equipos sin valor» a sus consumidores por un precio desorbitado.
Toda esta historia podría pasar por un meme: el narco confeso que intenta entrar en el mundo de la tecnología disfrazando los terminales de otros reputados fabricantes. Pero la realidad es más compleja y desconcertante.
Y es que, según Roberto Escobar, su proceder es correcto.
Crónica Global, publicación digital con sede en España, afirma haber contactado con Escobar, quien realizó algunas «aclaraciones» respecto a su compañía y el «éxito» de sus terminales.
Así, sobre los componentes del Escobar Fold 1, Roberto Escobar asegura que se ha hecho de «fuentes de diferentes partes de Asia y que el montaje se ha realizado en Hong Kong», con un diseño en Estados Unidos. La contradicción acá radica en que a Samsung le cuesta 650 dólares producir un teléfono Galaxy Fold, por lo que el modelo de Escobar sea de solo 399 dólares es sencillamente un timo: los terminales no existen.
Y sobre los pocos que han hecho llegar a youtubers, la explicación quizá radica en lo que dijo Mrwhostheboss, usuario de la plataforma de videos, quien publicó un material en el que afirma haber recibido declaraciones de Olof Gustafsson, el director ejecutivo de Escobar Inc., quien le explicó que la empresa obtenía en Asia los teléfonos de Samsung que no pasaban la prueba de calidad.
Sin embargo, reza el refrán que donde las dan las toman, y en abril trascendió que la compañía está envuelta en una demanda interna contra su jefe de operaciones, quien supuestamente la extorsiona al haberle robado su cuenta de YouTube, la cual, reporta Escobar Inc., le habría generado al menos un millón de dólares en ganancias.
Asimismo, Samsung emprendió una querella contra Escobar Inc., ya que esta última creó el sitio web ripsamsung.com —descansa en paz Samsung si traducimos el dominio al castellano—, como una forma de atacar al fabricante sudcoreano y sacar provecho de la citada campaña de marketing.
Sin embargo, para este reportero la guinda del pastel es el libro citado en las primeras líneas del artículo. Porque si bien los teléfonos Escobar Fold parecen solo existir para los selectos youtubers que los han recibido, el libro es el único producto real que ha llegado hasta los clientes.
En vez de teléfonos, los clientes de Escobar Inc. solo han recibido libros como este.
Lo importante de la existencia de estos libros —dedicados a ensalzar la vida de un hombre que sembró terror y muerte en la Colombia de los años 80 del pasado siglo— es que permiten a la compañía justificar que ha realizado envíos de paquetes a los usuarios.
Escobar Inc. puede presentar los justificantes de envío de paquetes a los compradores para demostrar a sus intermediadores de pagos —Stripe, CCBill y Klarna— que envió la mercancía, ya que no hay forma de probar que el contenido no era el teléfono.
Estas tres compañías de pagos, reporta la web Teknofilo, ya han cortado la relación con Escobar Inc., probablemente debido a las quejas de los consumidores, que han estado exigiendo rembolsos.
No obstante, la web de Escobar Inc. sigue operativa y, para procesar los pedidos, ahora solo acepta transferencias directas de la cuenta bancaria de una persona o pagos en bitcoin. Veremos quién más se atreve a poner su dinero allí.
Vea la explicación completa de Marques Brownlee (en inglés, puede configurar subtítulos para traducción automática)