Pocos entre quienes prefieren las memorias flash saben que su vida útil es limitada y que pueden ser objeto de fraude Aseguran que la información digital superó en el 2006 a la de los libros escritos
Cuentan que en una fría madrugada de enero de 1998, en Nevada, Estados Unidos, el ingeniero electrónico Peter Rodnick estaba en su taller tratando de reparar una computadora portátil o notebook, a la cual debía cambiarle el disco duro.
Quizá por estar aburrido en la solitaria noche de invierno, o por oír música para distraerse, fue que se le ocurrió lo útil que sería tener algún dispositivo pequeño que le permitiera escuchar canciones, ver videos, y que además pudiera llevar encima.
Así fue como a Rodnick se le ocurrió hacer un disco rígido portátil que reprodujera música en el formato mp3, para lo cual lo acopló a una placa madre o motherboard, a otra de sonido, y a una pantalla LCD de calculadora de bolsillo. Nacía así, como por casualidad, el primer MP3 del mundo.
Sin embargo, no fue fácil que alguien reconociera su invento. Como ha descrito el mismo Peter Rodnick en varias ocasiones, en un primer momento viajó a California, a la sede central de Apple Computer, donde trató de presentar su creación. El guardia de seguridad lo sacó amablemente del edificio y le pidió que nunca más volviera.
Sin desalentarse, y tras mucho bregar, el creador adivinó donde almorzaba Robert Fénix, directivo de marketing de Apple, y con la complicidad de una camarera le puso en el plato su «hallazgo». Así fue como el MP3 y Rodnick alcanzaron la fama, con un aparatico pequeño, casi desconocido, que Apple convirtió en su famoso iPod, y que era capaz en un primer momento de reproducir hasta 20 000 canciones.
Desde el primer proyecto, que estuvo listo a fines de 1998 y del que se fabricaron 3 000 unidades que se agotaron casi a su salida, mucho ha llovido hasta la actualidad, cuando ya solo de iPod se han hecho más de 90 millones de unidades, y que hoy es capaz además de reproducir video, e incluso se prepara un modelo que pudiera captar señales de televisión.
Grabadora, radio FM, reproductor de música, fotos y video, funciones como agenda de teléfonos, cámara fotográfica e incluso como sistema de captación de televisión, el iPod ha dado lugar a otros dispositivos, a partir de tecnologías afines como las memorias Flash, lo cual le ha permitido ampliar su capacidad de almacenamiento de información.
También el MP3 dejó de ser exclusivo de Apple, y hoy suman cientos las empresas que fabrican diversos modelos en el mundo, a partir de integrar la tecnología de las memorias Flash y los reproductores digitales de música, proceso facilitado en buena medida por la miniaturización derivada del desarrollo tecnológico.
No obstante, el MP3 todavía le debe mucho a las memorias Flash, sus antecesoras más cercanas, las que a su vez le han dado una estocada de muerte a los disquetes y CD, si bien tampoco son tan infalibles como algunos creen, pues al final, como todo equipo electrónico, su vida útil es limitada.
HERMANAS MENORESLa historia de la memoria Flash siempre ha estado muy vinculada al avance del resto de las tecnologías a las que presta sus servicios en el mundo de la computación, y especialmente a las posibilidades de almacenamiento de información que esta ofrece.
Las Flash nacieron desde 1984, cuando un ingeniero de origen japonés, Fujio Masuoka, que trabajaba para Toshiba, inventó este tipo de memoria como evolución de las EEPROM existentes entonces.
Aunque otra trasnacional de la electrónica, Intel, ha tratado de atribuirse su invención, lo cierto es que fueron los nipones quienes dieron los primeros pasos en este campo, si bien le cabe a Intel haberla difundido con fuerza por todo el mundo.
No obstante, pasarían diez años desde su invención para que las Flash, especialmente los dos tipos más conocidos: la SmartMedia y la CompactFlash, comenzaran a ser de uso cotidiano, y se les encontraran además otras aplicaciones como su combinación con reproductores de música digital, los MP3.
Así, en 1998 la compañía Rio comercializó el primer «walkman» sin piezas móviles, aprovechando el modo de funcionamiento de SmartMedia, aunque ya desde 1994 SanDisk vendía tarjetas de memoria (CompactFlash) basadas en estos circuitos.
Desde entonces la evolución ha sido tan vertiginosa, y la competencia en el mercado por ver quién saca «lo último» tan feroz, que todo indica que con el nuevo lanzamiento del iPhone de Apple, que promete revolucionar la tecnología introduciendo la conexión inalámbrica a este sistema, y la conversación telefónica, las computadoras queden simplemente para su uso como máquinas de escribir, y los videos, teléfonos fijos, grabadoras y hasta televisores pasarán a descansar en los museos de antigüedades.
COMPETIDORES DESLEALESUna de las principales diferencias de las memorias Flash con respecto a sus hermanas menores, las que vienen insertadas en la placa madre de las computadoras, es que las primeras son de tipo no volátil, o sea, la información que almacenan no se pierde en cuanto se desconectan de la corriente.
Además, su capacidad de almacenamiento, gracias a las tarjetas que integra en un pequeño espacio, es asombrosamente grande, al punto de que las primeras, que comenzaron siendo de 8 megabytes, poco tienen que ver con algunas que llegan a tener hasta 128 gygabytes, como las comercializadas por la empresa A-DATA.
Aunque el costo de estas memorias es muy bajo todavía no puede competir con el de los discos duros, de allí que su mayor amenaza sean los «discos externos» que se han puesto de moda en los últimos dos años, los cuales se conectan también por el puerto USB a la computadora, y tienen una vida útil más larga.
De hecho, desde finales de 2005, y en especial durante el año pasado, ha salido al mercado un nuevo tipo de disco externo, los HDD Placer, que todo indica acabarán con el negocio de los reproductores de DVD, pues permiten conectar un disco duro de cualquier capacidad a una computadora e incluso a un televisor convencional, para reproducir a través de este música, fotos y películas.
Además, al poderse cambiar el disco que llevan dentro, su capacidad de almacenamiento y vida útil se alarga sobremanera, pues no depende de la placa interna que llevan adentro las memorias Flash y MP3, susceptible además a variaciones eléctricas.
FRAUDE A LA CARTAAunque muchos no lo crean, las memorias Flash tienen una vida útil determinada. Todos los tipos que existen hasta el momento solo permiten un número limitado de escritura y borrado, generalmente entre 10 000 y un millón, dependiendo de la celda, de la precisión del proceso de fabricación y del voltaje necesario para su borrado.
Sin embargo, siguen siendo favoritas de muchos, por lo cómodo de su uso, desde las que están en formato de llavero USB, y su variación como reproductores de música y video, ya sea MP3 o MP4, hasta las PC Card y las tarjetas de memoria Flash o SD que han sustituido a los rollos fotográficos.
Tampoco escasean los plagios y engaños fraudulentos en esta materia, como el de quienes reformatean con programas habilitados al respecto las Flash de poca capacidad, para que cuando se inserten en una computadora parezcan mayores, como nos explica Maritza, una lectora que nos escribía para denunciar este engaño.
Así las Flash que aparentemente tienen un gigabyte de capacidad, en realidad solo pueden almacenar hasta 256 megabytes, una cuarta parte. Pero la persona solo lo detecta cuando quiere guardar aquella cantidad de información, y al no estar el dispositivo habilitado para ello, suele echarlo a perder.
A pesar de esto, y por supuesto del cuidado que se debe tener al adquirir un artículo de este tipo, que primero debe probarse guardando información en él, nadie duda que la tecnología de las Flash llegó para quedarse.