Armonizar el crecimiento económico del país con la protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales constituye una premisa de trabajo en Cuba
Un macroproyecto de escenarios de peligro y vulnerabilidad de las zonas costeras, que considera los impactos del cambio climático para los años 2050-2100 e incluye recomendaciones para la adaptación a sus efectos, así como el Programa de Erradicación de las Fuentes Contaminantes por Vertimientos Líquidos y Saneamiento para el período 2014-2020, son parte de los resultados de Cuba en materia de investigación y gestión medioambiental.
A propósito de la celebración el 5 de junio del Día Mundial del Medio Ambiente, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) expuso algunos de los logros de la Isla en este sector.
Se destacan la puesta en vigor de nuevos instrumentos jurídicos como el Decreto-Ley sobre la Seguridad Química, así como el fortalecimiento de los requerimientos en la normativa sobre entrega de tierra y los impuestos para el medio ambiente en la Ley Tributaria del país.
Además, se logró una disminución del número de hectáreas de superficie boscosa afectadas por incendios forestales, pasando de 7,11 por cada mil durante 2011 a 0,72 en 2012.
Entre las medidas aplicadas se encuentra la prohibición de la práctica de pesca de especies con escamas con chinchorros de arrastre, y una instrucción que establece las dimensiones para la construcción de chinchorros de boliche y bolapie, así como los procedimientos para su uso.
Al cierre de 2012, el 57,6 por ciento de las entidades nacionales identificadas con existencias de desechos peligrosos y productos químicos ociosos y caducados contaban con sus planes de manejo aplicados.
También se culminó la elaboración de las guías de buenas prácticas ambientales para el trabajo por cuenta propia, correspondientes a los 34 oficios que se consideran de mayor impacto ambiental.
Según una información del Citma, la proyección estratégica ambiental cubana para el período 2011-2015 se ha fortalecido a partir de la incorporación desde la dimensión ambiental, de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Particular énfasis se hace en las relaciones entre medio ambiente, economía y desarrollo, estableciéndose como principios claves del trabajo ambiental.
Entre estas directrices se destacan la armonía entre el crecimiento económico con la protección del medio ambiente, y el uso racional de los recursos naturales, a partir de una visión sostenible del desarrollo.
En el mundo se estima que una de cada siete personas se va a la cama hambrienta y más de 20 000 niños de menos de cinco años mueren de hambre cada día. Sin embargo, según la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida.
Esta cifra equivale a la producción alimentaria de todo el África Subsahariana y a un tercio de la producción alimentaria mundial. Se trata de una situación sumamente grave, cuando el planeta está urgido de ofrecer los recursos necesarios para alimentar a más de 7 000 millones de habitantes, cifra que se debe incrementar a 9 000 millones en 2050.
Este enorme desequilibrio tiene efectos para el medio ambiente, pues la producción global de alimentos ocupa un 25 por ciento de la superficie habitable, utiliza un 70 por ciento del consumo de agua y es responsable del 80 por ciento de la deforestación y un 30 por ciento de la emisión de gases.
Ante tales realidades y desafíos, el Día Mundial del Medio Ambiente tiene como enfoque global este año una campaña para reducir los desechos y las pérdidas de alimentos. El lema adoptado por Cuba ha sido Por una agricultura sostenible para garantizar el futuro.
21
