Se han tornado interesantes las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos. A lo que parecía pan comido por el trumpismo parece que le falta o le sobra algún ingrediente y ya no hay pronósticos seguros, cuando faltan poco menos de cien días para la decisión de las urnas. El torneo está candente, ahora nadie ha tirado la toalla y hay golpes de todo tipo.
Con el apoyo reciente de los Obama a Kamala Harris, parece completada la anuencia de la cúpula partidista y los demócratas advierten que van con todo para no dejarse arrebatar la Casa Blanca. Mientras, la banda Trump utiliza pegadas agresivas para tratar de derribar a un contrario que se levantó de la lona cuando creían que le contaban nueve a Joseph Biden, pero este cedió los guantes y se piensa que a tiempo…
Aunque falta la certificación oficial de la Convención Nacional Demócrata de agosto, por primera vez una mujer, negra, y hasta hija de inmigrantes, irá en la boleta, y tras lograr ese importante factor de avenencia, ahora las tramas internas buscan a quien le acompañe como mejor second en la esquina azul. Un papel que, por cierto, está teniendo algunos problemitas en la faja contraria pintada de roja, con declaraciones altisonantes de James D. Vance, el meteorito ascendente de los más conservadores republicanos y neófito senador por Ohio.
El intercambio de golpes comenzó de inmediato, y es kickboxing estadounidense. No, me equivoqué, debe ser krav naga, donde cada golpe o movimiento está calculado para causar un enorme dolor, para vencer a cualquier enemigo, sin importar qué tan fuerte sea o cuáles sean sus armas.
Casi sin darle tiempo a que se calzara los guantes, Trump escribió en su plataforma Truth Social: «¡La mentirosa Kamala Harris destruye todo lo que toca!» y la hizo cómplice de Biden. A su vez, Vance la tildó de «liberal chiflada».
Se recuerda que en 2021 este señor que aspira a vice mostró su entraña con esta aseveración: «En este país estamos efectivamente gobernados, ya sea a través de los demócratas o de los oligarcas corporativos, por un montón de señoras sin hijos y amantes de los gatos, que se sienten miserables con sus propias vidas y las decisiones que han tomado y por eso quieren hacer que el resto del país también se sienta miserable. Y eso es solo un hecho básico. Miren a Kamala Harris, Pete Buttigieg, Alexandria Ocasio-Cortez: todo el futuro de los demócratas está controlado por personas sin hijos».
La nueva contrincante —a quien políticos contrarios tratan de minimizar afirmando que la escogieron porque era una «contratación DEI» (diversidad, equidad e inclusión, por sus siglas en inglés), no se queda dada en la campaña en su contra, con razón considerada racista y sexista:
«Fui elegida fiscal general del estado de California, y antes de eso fui fiscal de distrito. En esas funciones, lidié con delincuentes de todo tipo. […] Depredadores que abusaron de mujeres, estafadores que timaron a los consumidores, tramposos que rompieron las reglas en beneficio propio. Entonces, háganme caso cuando digo que conozco el tipo [de persona] que es Donald Trump».
El escudo protector demócrata a la Harris parece haber desconcertado a Trump-Vance y se estima que hay reajuste de campaña. No es para menos... Las donaciones fluyen. No había transcurrido la primera semana de Kamala y las nuevas recaudaciones en apenas tres días sumaban más de 126 000 000 de dólares, como para que esté bien protegida en el combate, al que va con más de 170 000 voluntarios, 2 300 eventos en estados en disputa que harán campaña por Harris, según informaba The Hill.
Tampoco es para sorprenderse, está claro que los managers ponen dinero grande en la jugada. Algunos, como se sabe, apuestan a los dos, porque lo suyo es garantizar ganancias seguras. Nadie lo dude, no hay democracia más vendible y comprable que la Made in USA. Mi abuela Rosario no andaría con tapujos y diría «sobornable y corrupta»… El intercambio de favores llegará después y sin falta.
Todo cuenta en este mundo incierto, caótico, injusto y en efervescencia, también confuso y revuelto, como el enmarañado panorama electoral del principal promotor del desorden planetario, Estados Unidos, que en noviembre busca administrador.