Bush acaba de premiar con su escepticismo el otorgamiento de poderes especiales a Chávez para que este legisle con presteza, y cumpla con la necesidad de adecuar las leyes de Venezuela al socialismo en fragua... Claro que no es noticia.
Pero los cuestionamientos del presidente de Estados Unidos pueden ser útiles si alguna duda quedaba sobre el carácter profundamente revolucionario del paso que acaban de dar los parlamentarios venezolanos y su votación inédita, que llevó la democracia al punto de que las manos se levantaran en plena calle, con la participación del pueblo: si alguien como Bush critica, es porque va bien la Revolución Bolivariana.
La Habilitante cuenta con el apoyo del pueblo venezolano. Foto: Reuters Hablando en serio, tienen en verdad ningún sustento las «preocupaciones» manifestadas por el mandatario norteamericano, como no sea porque sus siempre desatinadas «deferencias» anuncien algo tan amenazante como bien sabido ya: Estados Unidos va a «seguir de cerca la forma en que Chávez ejerce esos nuevos poderes». Claro que la advertencia no la hizo Bush, sino el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, adelantando así el desarrollo de una política hostil que ya ha sido demasiado visible. Solo hace falta recordar la mano de Washington en el fallido golpe de 2002, y el cuantioso dinero con que ha sustentado a denominadas organizaciones no gubernamentales para fomentar la oposición.
Bush evitó, sin embargo, hablar mucho, y se limitó a aprovechar el filón que le presentó el periodista de la cadena Fox News cuando pidió su opinión sobre la decisión expresada por Chávez de devolver al Estado sectores estratégicos como el energético.
Siempre enrevesado y enigmático, el ex gobernador texano respondió alegando su temor de que «la nacionalización de la industria haga más difícil para el pueblo venezolano la salida de la pobreza y la realización de todo su potencial (...) Estoy preocupado por el pueblo venezolano, por la disminución de las instituciones democráticas...», agregó.
Y claro que no podía hacer otra cosa que dar rienda a su mala... idea, o su ignorancia, pues cualquiera que siga los acontecimientos sabe que nunca antes la riqueza se distribuyó en Venezuela mejor, ni la democracia, entendida sobre todo en su carácter participativo y popular, había sido tan profunda.
Junto con las necesarias nacionalizaciones a que aludía la Fox, la Ley Habilitante le dará a Chávez la potestad de legislar en otros campos al tiempo que se crean los mecanismos para que cada vez más, los protagonistas de la Revolución, y los ejecutores y contralores del Estado, sean los propios pobladores.
La misma aprobación de la Habilitante en acto popular este miércoles es muestra de ese propósito, que tiene su mejor exponente en los consejos comunales: agrupaciones locales vecinales con toda la potestad para planificar y fiscalizar las inversiones financieras en su comarca. Es ese, precisamente, uno de los puntos esenciales donde se legislará a tenor de la Habilitante.
Solo queda parodiar aquella moraleja emanada de una fábula: Si el necio desaprueba: mejor.